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El día después de las elecciones

Zapatero dejará total libertad a Solbes para componer su equipo económico

El vicepresidente económico en funciones, Pedro Solbes, podrá formar un equipo a su imagen y semejanza. Lo que hasta ayer era un compromiso privado con el responsable de la política económica ya ha pasado a ser público. José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que confiará a Solbes la elección de los altos cargos de su ministerio, aunque la designación de los ministros que gestionan las principales carteras del gasto se la reserva para él, atendiendo a las propias previsiones constitucionales.

Zapatero dejará total libertad a Solbes para componer su equipo económico
Zapatero dejará total libertad a Solbes para componer su equipo económicoPABLO MONGE

El presidente aprovechó la ocasión para elogiar a los secretarios de Estado que en la pasada legislatura gestionaron con Solbes la política económica. 'Solbes tiene un gran equipo', dijo Zapatero. 'Como es lógico, hace su equipo económico en el Ministerio de Economía y Hacienda. A mí me producen una gran satisfacción todos sus altos cargos', añadió. Pero una cosa es que Solbes designe a sus colaboradores inmediatos en su departamento y otra muy distinta que vaya a tener también poder de decisión en los nombramientos del resto de los ministerios económicos. Zapatero recordó que le 'corresponde constitucionalmente' esta competencia, sin descartar tampoco que Solbes termine influyendo en estas labores, cuando se le preguntó por la posibilidad de que el vicepresidente extienda sus tentáculos a los Ministerios de Fomento, Trabajo y Medio Ambiente, los que manejan, en realidad, mayor presupuesto de gasto público. 'Lo más correcto institucionalmente', insistió ayer Zapatero, 'es esperar y respetar el momento en el que se obtenga la investidura'. La formación del próximo Gobierno le llevará al presidente su tiempo y ayer reconoció que se lo tomará sin ningún tipo de prejuicios 'porque necesito pensarlo bien y quiero hacerlo con calma, hablando con algunas personas'.

Zapatero presidió ayer la reunión de la ejecutiva federal del PSOE donde se hizo un primer análisis de los resultados electorales del domingo. El presidente dejó conscientemente en el aire la estrategia que seguirá para enfocar sus pactos poselectorales con otras fuerzas políticas, a sabiendas de que, aunque sus preferencias se decantan por CiU, el precio no será el mismo si es el PSOE quien toma la iniciativa que si son los nacionalistas catalanes los que acuden a comer a la mano del Gobierno. En todo caso, Zapatero se refugió ayer en la ambigüedad y advirtió que está abierto a pactar con CiU, con el PNV o con el bien nutrido Grupo Mixto, partiendo de su intención de 'preservar la mayor capacidad de diálogo posible con todos los grupos parlamentarios'.

Ronda de contactos

El presidente hablará con ellos en las próximas semanas para garantizarse la investidura, un objetivo que tiene más fácil de conseguir que en 2004 si se tiene en cuenta que sólo le faltan seis votos para la mayoría absoluta. Los objetivos que Zapatero se marcará en este debate de investidura para toda la legislatura serán la reactivación económica, la creación de empleo y las políticas sociales, así como la recuperación de los acuerdos institucionales en organismos básicos como el Consejo General del Poder Judicial o el Tribunal Constitucional, así como el relanzamiento del compromiso europeo, asunto este último del que apenas se habló en la campaña electoral.

La ejecutiva socialista valoró ayer, sobre todo, el buen resultado obtenido por el PSE en el País Vasco, donde se ha colocado como primera fuerza política por delante del PNV. Zapatero fue prudente a la hora de vincular el éxito del socialismo vasco con la posible desactivación del denominado plan Ibarretxe, aunque en su partido son mayoría los que creen que la pérdida de 100.000 votos por parte del PNV obligará al lendakari a reconsiderar su hoja de ruta, posiblemente reconvirtiendo su promesa de celebrar el referéndum en una simple convocatoria electoral anticipada al otoño.

Dentro de la vorágine de felicitaciones a Zapatero por su triunfo electoral -ayer la Conferencia Episcopal se adhirió por carta a estos cumplidos- la dirección del PSOE sigue con sumo interés las reacciones del PP a la derrota de Mariano Rajoy, pues teme que su posible continuidad al frente del primer partido de la oposición genere una legislatura tan crispada o más como la que se inició en 2004. Zapatero reiteró ayer que lo que han votado mayoritariamente los españoles el domingo 'es diálogo y menos crispación, menos descalificaciones y más argumentos'. En el cómputo final de escaños, sólo a falta de que se escrute el voto emigrante, el PP perdió en la madrugada de ayer un diputado en beneficio de CiU, que suma once asientos en el Congreso.

El líder del PP, Mariano Rajoy, ha retrasado hasta hoy martes su comparecencia pública para dar cuenta de cómo ve el fracaso electoral de su partido y las decisiones que adoptará para superar este difícil trance. Un sector del PP plantea la posibilidad de anticipar a este verano el congreso ordinario para elegir al sucesor, un escenario por el que están apostando también algunos medios afines a los intereses de Génova, 13, pero de momento las voces que se oyen en alto coinciden en apostar por la continuidad de Rajoy al frente de la oposición.

En esta línea se pronunciaron ayer, entre otros, el presidente valenciano Francisco Camps, uno de los que más puntúan en las quinielas sucesorias junto a la madrileña Esperanza Aguirre, el ex ministro José María Michavila o el presidente del PP en Andalucía, Javier Arenas. Sin embargo, el secretario general del partido, Ángel Acebes, eludió aclarar ayer cual será el futuro político de Rajoy, de quien destacó el 'extraordinario' trabajo hecho en los últimos cuatro años. 'El PP no es un partido de fulanismo porque lo que importan son los valores y los principios', argumentó Acebes. A partir de hoy martes, avanzó el secretario general, 'se empezarán a tomar decisiones 'con absoluta normalidad'. Lo usual es que las medidas a tomar se lleven ya pactadas por el núcleo duro del partido a la reunión del comité ejecutivo previsto para hoy. En un intento bastante inocente de evitar la rumorología, fuentes del PP difundían ayer tarde que el estado de ánimo de Rajoy era bueno.

No obstante, fuentes de este partido evidencian la dificultad de convertir una derrota sin paliativos en un moderado revés, en primer lugar porque se trata del segundo fracaso consecutivo en unas generales y también porque el resultado del domingo ha minado la confianza de muchos de los que esperaban una especie de milagro salvador.

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