Una ocasión perdida
El cara a cara entre los dos principales aspirantes a la presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, tuvo un tono mediocre con el resultado de tablas entre ambos, según el autor. En su opinión, el candidato del PP necesitaba ganar de forma clara y desaprovechó la ocasión
El debate hizo recordar muchos de los enfrentamientos que José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy representaron en el Parlamento. En ese sentido, creo que el debate ha sido más de lo mismo, dos mítines y dos monólogos que naturalmente tuvieron que cruzarse por las características del formato. El objetivo de Rajoy se limitó a su electorado y seguramente logró refidelizarlo y Zapatero se propuso como objetivo la movilización de su electorado y seguramente también lo ha logrado. Pero Rajoy necesitaba vencer con claridad como corresponde a un aspirante y ha sido una ocasión perdida porque, en el mejor de los casos, ha empatado a los puntos y eso significa la derrota para el aspirante al título.
Pensábamos, yo también, que Rajoy sería contundente en su argumentación pero con moderación para llegar al electorado de centro. Evidentemente fue contundente, pero en nada moderado, sino que recurrió al ataque virulento con descalificaciones genéricas y acusaciones a Zapatero de mentiroso en repetidas ocasiones. Zapatero tampoco estuvo brillante, más bien dedicado a una defensa continuada y trabada, con algunos golpes blandos propios del contrincante que se sabe ganador en el caso de que el aspirante no logre el KO.
En el primer bloque Rajoy se refirió principalmente a la microeconomía y Zapatero se dedicó a repetir los datos de la macroeconomía. Se esperaba que en este bloque Rajoy se luciera pero, con el antecedente del debate entre Pedro Solbes y Manuel Pizarro, puede decirse que ni Rajoy vengó la derrota de Pizarro ni Zapatero repitió la victoria de Solbes.
El debate ha sido más de lo mismo, dos mítines y dos monólogos que tuvieron que cruzarse por las características del formato
En el segundo bloque Rajoy entró inmediatamente en el terreno de la inmigración pero Zapatero, como éste era su tema principal, se dedicó a enumerar sus conquistas sociales en educación, igualdad de género, ley de dependencia, subida de pensiones, ayudas al alquiler.
Zapatero le echó en cara a Rajoy que no hablara nada de medidas sociales y sólo esgrimiera la demagogia de la inmigración para asegurar que si el PP hubiera gobernado los 30 años de democracia seguramente no existirían las conquistas sociales que se han ganado.
En el tercer bloque, dedicado a la política exterior y a la seguridad, Rajoy se centró exclusivamente en el terrorismo y esgrimió la acusación a Zapatero de negociar con ETA y de mentir. Fue en este bloque en el que Rajoy se sintió más a gusto y elevó su tono de agresividad, utilizando en varias ocasiones el término mentira atribuido a Zapatero.
En el cuarto bloque Rajoy volvió a su otro argumento preferido de apoyo a los nacionalismos separatistas por parte de Zapatero. Sin embargo Zapatero iba bien preparado y envió varios mensajes a los electores de Cataluña y otras autonomías.
En el quinto bloque Rajoy se refirió a la globalización y a un mundo diferente que viene para lanzarse enseguida al problema de la vivienda.
Zapatero se sintió más cómodo y habló de vivienda, pero más de educación, investigación e I+D+i. Al final de este bloque Zapatero acusó a Rajoy de haber tildado de 'untados' a los artistas y personalidades de la cultura que lanzaron el vídeo depender la alegría. Rajoy, en su defensa, llegó a acusar a Zapatero de haber atacado a las víctimas del terrorismo.
En la despedida Rajoy leyó un mensaje sobre la oportunidad que significan estas elecciones, afirmó que existe el plan y las herramientas para hacer el cambio. Zapatero dijo su discurso conocido sobre España, un país de libertades, unida y fuerte, que ha crecido y seguirá creciendo, España como país de paz que buscará el pleno empleo, la igualdad de la mujer, que se preocupará por el cambio climático. Dijo no poder prometer a todos el éxito pero que se comprometía a dar a todos las mismas oportunidades.
Las encuestas dan ventaja a los socialistas, pequeña pero generalizada, Zapatero gana a Rajoy en todas las valoraciones. Rajoy necesitaba ganar de forma clara y ha desaprovechado la ocasión. Incluso, por la mediocridad del debate, podría concluirse que el resultado del mismo ha sido tablas, resultado que no sirve a Rajoy para ganar las elecciones. Es posible que sólo le quede la segunda oportunidad del lunes, 3 de marzo, la última para no seguir haciendo lo que hizo esa noche, un buen ejercicio de oposición.
José Luis Sanchis Asesor empresarial en imagen y comunicación y consultor político y director de campañas electorales