Realismo y optimismo
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, pidió ayer a los dirigentes europeos dos cosas: realismo para reconocer que la situación de la economía se está debilitando, pero también optimismo, pues ya no se contempla una recesión en Estados Unidos. Según la Comisión Europea, el plan fiscal aprobado por Bush empezará a dar sus frutos en la segunda mitad del año, lo que permitiría cerrar el presente 2008 con crecimiento. Eso sí, un modesto 1,25% según Bruselas.
Por eso, el optimismo debe estar modulado por el realismo, lo que ha obligado a la Comisión a rebajar sus previsiones de crecimiento para este año. Aunque el descenso afecta a las siete grandes economías europeas -acumulan el 80% del PIB de los veintisiete-, una vez más España es la mejor parada. El conjunto de la zona euro crecerá al 1,8% (cuatro décimas por debajo de las previsiones que la Comisión realizó en noviembre), mientras que para España la reducción es de tres décimas y su crecimiento se sitúa en el 2,7%. Sólo Holanda la supera (2,9%) gracias a los ingresos que obtienen del gas natural.
No hay, pues, motivos, al menos de momento, para hablar de crisis en España, pues la economía tiene músculo para sortear la debilidad de la actividad estadounidense. Y está por ver el efecto que supondrá la reducción del consumo nacional, el parón del sector inmobiliario y el recorte del crédito. De hecho, el Gobierno ya lo ha contabilizado al rebajar el crecimiento del 3,8% de 2007 al 3,1% para 2008. Incluso Solbes no descarta que la rebaja sea de unas décimas más.
Es la aportación de realismo del vicepresidente económico, no exento también de su dosis de optimismo. La ejecución presupuestaria del pasado año, presentada ayer por Solbes, fue muy satisfactoria, pues se cerró el ejercicio con un superávit del 2,23% para el conjunto de las Administraciones. Todo un récord. El Gobierno ya ha reconocido que para este año no se alcanzará tal porcentaje, pero se confía en que las cuentas públicas vuelvan a ser excedentarias.
