Société Générale, marcada al rojo vivo

Desde donde quiera que se tome, el dossier de Société Générale huele a azufre (...). Lo que se conoce del caso, si es confirmado por las investigaciones, pone en dificultades, y gravemente, la reputación del banco que debía ser (...) un ejemplo en materia de control de riesgos, en este caso lo mínimo para el número uno mundial de los mercados de derivados (...).

Se puede evidentemente reconocer a Société Générale su capacidad de reacción, su preocupación por la transparencia, su profesionalismo en la gestión de esta crisis inaudita. Y sobre todo el hecho de que, hasta ahora, los clientes salen indemnes de esta catástrofe. ¿Será suficiente para enderezar el timón? Se puede dudar de ello. Pues más allá de la rabiosa actualidad, es la reputación del banco la que está hoy amenazada. Crédit Lyonnais, que ha terminado por caer en el morral de Crédit Agricole, no se ha recuperado nunca de los avatares del pasado. Société Générale corre el riesgo, en estos días locos, de ser marcado para siempre con el sello de la quiebra de sus sistemas de seguridad, una marca con el hierro al rojo vivo para un establecimiento bancario. Hasta tal punto que la banca juega fuerte, muy fuerte incluso, ya que es de su independencia de lo que se trata.

François-Xavier Pietri, en La Tribune, París