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Precios

El Banco de España alerta del especial impacto del petróleo sobre el IPC

Ineficiencia energética y cláusulas de salvaguarda, entre las causas

La subida del petróleo es gravosa para los precios, especialmente para España. Un informe incluido en el boletín de diciembre del Banco de España, publicado ayer, señala que la escasa eficiencia energética, unida a características especiales como las cláusulas de revisión salarial en los convenios, hacen a la inflación española más vulnerable que la media ante las subidas del crudo, que en el último año acumuló una revalorización cercana al 50%.

El informe distingue tres tipos de impactos de las subidas del crudo sobre los precios: por vía directa (a través de combustibles), por vía indirecta (traslación a los precios generales, al aumentar los costes de producción) y por los 'efectos de segunda ronda', que se producen cuando el aumento de la inflación esperada implica convenios con salarios al alza y encarece los costes laborales. Según el Banco de España, un aumento del 10% en el precio del crudo eleva en dos puntos el componente energético de la inflación. Dado que la energía tiene un peso del 10% sobre el IPC, la subida implica una elevación de éste de dos décimas.

El informe destaca que los impuestos sobre carburantes son en España diez puntos inferiores a los del resto de la zona euro, dando más relevancia al precio de origen. Por ello, una variación en los precios del crudo modifica más el precio final pagado por los combustibles en España.

En cuanto a los efectos de segunda ronda, el informe destaca su especial incidencia en España: aunque las negociaciones colectivas de los últimos años se han basado en la moderación salarial, la existencia de las cláusulas de salvaguarda (que se activan cuando la inflación excede la prevista) 'implica que las remuneraciones terminan incorporando el efecto de shocks sobre precios de naturaleza transitoria como los del petróleo, dificultando el necesario ajuste de la economía'.

El informe relativiza, en cambio, el efecto indirecto en la cesta de consumo. Así, según una encuesta del propio organismo, sólo el 35% de las empresas consideran relevantes los costes energéticos a la hora de subir sus precios, frente al 72,6% que cita al resto de materias primas o el 56,7% que alude a los costes laborales. Además, según el Instituto Nacional de Estadística, los costes asociados al petróleo representan menos del 3% de los costes de las principales ramas de actividad, excepción hecha de la energética.

El organismo señala, no obstante, que el impacto general de la escalada de los últimos cuatro años está siendo mucho menor que los que se registraron en las anteriores crisis de los años 70, tanto para la actividad como para los precios. La mayor eficiencia energética, la ausencia de coincidencia temporal con otros shocks, la globalización y políticas monetarias orientadas a la estabilidad de precios explican, según el Banco de España, esta diferencia.

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