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Tribuna
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El gobierno de las tecnologías en la empresa

Cualquier directivo de una empresa, no importa el sector ni la dimensión, se enfrenta todos los días con solvencia y seguridad a múltiples cuestiones relacionadas con temas financieros, comerciales, de producción, de clientes, de suministros, pero tiembla cada vez que tiene que enfrentarse a alguno relacionado con la informática y las comunicaciones. Todos asumen con naturalidad que las cuestiones citadas inicialmente son de su competencia, mientras que todo lo relacionado con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son cosas de informáticos y nada más.

Mantener ese criterio en el actual mundo de los negocios es una actitud suicida. Tal y como avanzan esas tecnologías y cómo se incrementa día a día su influencia en el funcionamiento de las empresas, su gestión se convierte en cuestión esencial para garantizar la eficiencia y competitividad de los negocios. El gobierno de las TIC es ya tan vital como el de las cuestiones comerciales o financieras y forma parte de las responsabilidades directas del gestor moderno. El concepto ICT Governance, que engloba todas estas competencias, se impone inexorablemente en el management avanzado.

¿Qué es ICT Governance? Podemos definirlo como la planificación estratégica y ejecución de las tecnologías que se alinean con la propia estrategia corporativa con el objetivo de lograr los objetivos y ambiciones de la organización.

La clave para un eficaz ICT Governance es que la estrategia tecnológica esté alineada con la estrategia corporativa, de modo que las tecnologías se adapten a las exigencias del negocio y no al revés. Si el ICT Governance se mantiene disociado del gobierno corporativo, en manos exclusivas de los informáticos, se están dando todos los pasos hacia el caos en la gestión por inoperancia tecnológica.

¿Cómo debe planificarse una estrategia tecnológica eficaz, de verdadero ICT Governance? Pues pegada a los ejes de funcionamiento corporativo. Si analizamos el desarrollo corporativo de los negocios actuales podemos identificar cinco ejes esenciales, a los que debe amoldarse la estrategia de ICT Governance. El foco, los clientes, las personas, los procesos y las finanzas son esos cincos ejes corporativos que deben condicionar cómo se hace la planificación estratégica de las tecnologías de la información y la comunicación en la empresa.

Si el foco de una compañía son los grandes clientes o el mercado detallista; o se centra en un par de productos de alta gama y mercado exclusivo, ICT Governance deberá adaptarse para facilitar la forma de abordar todas las cuestiones que conducen a esos objetivos. Si una organización crece a base de adquisiciones o lo hace por su propio desarrollo orgánico; o si tiene una posición de dominio en el mercado y debe mantenerse en ella, desencadenará una u otra estrategia de ICT Governance. Cuando la cultura de una compañía está bien establecida y coincide con la que se necesita para abordar los objetivos estratégicos definidos, la estrategia de ICT Governance deberá ser distinta de cuando la cultura no acompaña a la estrategia y deben moverse los valores que sustenta la organización.

Si la compañía desea alcanzar la excelencia, cuestión íntimamente ligada a sus procesos internos, unos procesos flexibles y ágiles o, por el contrario, basados en el control, determinarán también una u otra estrategia de gobierno de las tecnologías.

Cuando una organización se orienta a un proceso de crecimiento orgánico muy ambicioso y debe rebajar sus pretensiones de rentabilidad o cuando, por el contrario, una organización lucha por obtener mejores resultados, necesitarán también el acompañamiento adecuado de unas u otras políticas de ICT Governance para conseguir alcanzar de forma óptima los objetivos propuestos.

Como vemos, estamos hablando de estrategias, de planificación, de objetivos. Nada exclusivo de tecnólogos. Puro management.

Javier Llinares. Director general de T-Systems Iberia

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