Subastas de liquidez hasta fin de año
El autor analiza cómo las entidades financieras de la zona euro, las británicas y las estadounidenses se enfrentan al cierre de sus balances antes de que finalice el año. Sus necesidades de liquidez han ofrecido un diagnóstico de las tensiones en cada mercado
Coincidiendo con el final de año, la semana pasada ha presenciado la celebración de tres subastas de liquidez por parte de tres bancos centrales: el Banco Central Europeo, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. Estas medidas, tendentes a la reducción de tensiones, deberían de haber respondido a los acuerdos de coordinación que habían firmado los bancos centrales el 12 de diciembre. Sin embargo, aunque lo ocurrido no haya sido el resultado de la coordinación, el objetivo conseguido sí ha sido el mismo: relajar las tensiones en el mercado monetario, con efectos bastante significativos en los tipos de interés a dos semanas (esto es, hasta el fin de año).
El Banco de Inglaterra realizó el 18 de diciembre una subasta para proveer fondos a 3 meses por un importe de 10.000 millones de libras. La puja aceptada más baja fue de 5,36%; la más alta de 6,6 %. Esto significa que algunos bancos en el Reino Unido estaban dispuestos a pagar un tipo superior al tipo penalizado de la ventana de descuento (el 6,5 %) y superior también a los tipos interbancarios con igual vencimiento. Las implicaciones son sencillas: si un banco en el Reino Unido está dispuesto tomar prestado ofreciendo colateral por encima del tipo de interés del mercado interbancario (sin necesidad de colateral), probablemente es porque tiene cerrado el acceso al mercado interbancario.
Ese mismo día el BCE llevó a cabo una subasta de liquidez con préstamos a dos semanas a un tipo de interés fijo de 4,21 %, extendiendo la cantidad prestada más allá de su previsión inicial. El total prestado fue de 348.000 millones de euros. En esta subasta participaron 393 bancos, muchos de ellos con base en Estados Unidos o Reino Unido, que vieron esta subasta como un acceso fácil a la liquidez en comparación con las subastas que se producirían más tarde en respuesta a los acuerdos de coordinación entre bancos centrales. El resultado de la subasta del BCE sugiere algunas conclusiones. Primero, existen tensiones evidentes en los mercados monetarios europeos, como lo refleja el elevado volumen de fondos ofrecidos. Esto viene a confirmar el hecho de que el día anterior un banco solicitó acceso a 2.400 millones de euros a través de la ventana de descuento. Segundo, la coordinación en la provisión de liquidez quedó en entredicho dado que la cantidad de dinero ofrecida por el BCE vino a satisfacer la necesidad de algunos bancos ingleses y americanos que supuestamente acudirían a las subastas en dólares previstas por el BCE para el día siguiente. Tercero, las cantidades de liquidez suministradas a tipo fijo probablemente sugieren que el problema al que se enfrentan algunos bancos no es ya la liquidez, sino su solvencia, a pesar de que el BCE lo haya descartado rotundamente.
Por último, durante la misma semana la Reserva Federal americana estrenó su nuevo sistema de provisión de liquidez (Term Auction Facility) que acompaña a los otros dos sistemas actualmente existentes: operaciones de mercado abierto y ventanilla de descuento. El objetivo de este nuevo sistema es doble. Por una parte, proveer de liquidez a un grupo de instituciones más amplio de aquél al que pueden acceder en operaciones de mercado abierto (main dealers); por otra, asegurar el anonimato de quienes demandan liquidez. La semana pasada se desarrollaron dos subastas (Martes y Jueves) con un volumen conjunto de 20.000 millones de dólares, pero con distinto vencimiento de los fondos prestados (a 28 y a 35 días, respectivamente). La participación de los bancos fue nutrida (92 y 73 bancos, respectivamente) y el tipo de interés de cierre fue de 4,65 % y 4,67 %, respectivamente. Dos conclusiones se pueden obtener de estos resultados. Primero siendo el tipo de cierre inferior al de la ventanilla de descuento, probablemente no existe tanta tensión en este mercado como la que están sufriendo lo bancos ingleses. Segundo, es probable que parte de los bancos tuvieran ya cubiertas sus necesidades de financiación para el cierre del año, o bien prefirieron acceder a fondos que el BCE había puesto a su disposición.
Las subastas no sólo han cumplido su función de proveer la liquidez necesaria al sistema financiero, sino que también han ofrecido un diagnóstico de las tensiones en cada mercado.
Juan Toro. Socio-director de TransMarket Iberia y profesor en el Instituto de Empresa.