Alierta elige a Linares para recuperar la figura del consejero delegado en Telefónica
Llevaba tiempo como número dos en la sombra y hoy saldrá a la plena luz del día. César Alierta ha decidido recuperar la figura del consejero delegado tras cuatro años de ausencia y el elegido es Julio Linares, director general de coordinación. Todo está preparado para que el consejo de Telefónica refrende la iniciativa, que dejará en manos de Linares el día a día de los negocios.
Han pasado siete años y medio desde que César Alierta llegó a la presidencia de Telefónica y la compañía que heredó está lejos de parecerse a la que ahora cotiza en la Bolsa como la cuarta del mundo de su sector por capitalización o se prepara para lanzar el año que viene su primera oferta de televisión por ADSL en Reino Unido. Los tres primeros ejercicios, Alierta asumió la primera línea de batalla acompañado de un número dos, Fernando Abril. Pero desde que el ejecutivo renunció en 2003, el presidente ha agrupado el poder ejecutivo en solitario.
Ahora la situación va a cambiar. Alierta considera que las grandes reconversiones, reorganizaciones y saneamientos han llegado a su fin en Telefónica; que la compañía ha encontrado un rumbo que ya no hay que implantar, sino sólo mantener, y que el tamaño que se ha dado a la firma justifica un alejamiento de los problemas cotidianos que le deje vía libre para centrarse en la estrategia y en los aspectos de calado a medio y largo plazo. Y la respuesta a estas consideraciones se plasmará hoy en el consejo de administración de Telefónica, donde todo está preparado para aprobar el nombramiento de un consejero delegado y recuperar así esta figura después de cuatro años de ausencia.
Cuatro décadas de conocimiento
La responsabilidad recaerá en Julio Linares, según aseguran fuentes conocedoras de la situación. Telefónica ha preferido no hacer comentarios. El actual director general de coordinación está a dos años de cumplir su cuarta década en la operadora, lo que garantiza su conocimiento del negocio de las telecomunicaciones incluso aunque no contara con un título de ingeniero en esta materia, que también lo tiene.
Con esta trayectoria, el nombramiento de Linares no implica un giro radical en la política de Telefónica, sino que da una imagen de continuidad, según explican las mismas fuentes. En primer lugar, porque ya era un número dos en la sombra. Su nombramiento, hace justo 24 meses, como director general de coordinación, desarrollo de negocio y sinergias le daba potestades sobre todos los negocios de Telefónica, en busca de las mejores relaciones entre filiales y tecnologías. En segundo lugar, la experiencia de Linares en la operadora, con cargos destacados en departamentos de innovación, de desarrollo tecnológico o como responsable de la filial de telefonía fija en España, garantiza su manejo de las materias más variadas.
A partir de esta mañana, cuando se confirme su nombramiento, Linares tendrá que poner en juego su conocimiento sobre el negocio, porque será precisamente el día a día de las filiales lo que recaerá sobre él. Los responsables de Telefónica España, Latinoamérica y O2 Europa reportarán al nuevo consejero delegado el detalle de sus actividades y la ejecución presupuestaria.
Alierta no tiene intención de abandonar ninguna de sus funciones ejecutivas, explican las fuentes antes citadas, de forma que el cargo de Linares se asemeja más al de un COO anglosajón -chief operating officer-, que a un CEO -chief executive officer-. De hecho, en Telefónica se descarta que el presidente haya dado este paso porque esté cansado. 'No es así, tiene muchas ganas de hacer cosas y precisamente por eso no puede estar anclado por el día a día de cada actividad'.
Manuel Pizarro y Javier de Paz entran en el consejo
El nombramiento de Julio Linares como consejero delegado no será el único punto de calado que aborde hoy el máximo órgano de administración de Telefónica. También tiene sobre la mesa un cambio en sus componentes, con el nombramiento como consejeros independientes de dos personas que mantienen una estrecha relación con Alierta.El primer fichaje es Manuel Pizarro, en lo que supone el regreso del ex presidente de Endesa a una empresa española de primer nivel tras su reciente salida de la eléctrica.El otro nuevo independiente es Javier de Paz, una de las personas del círculo más íntimo del presidente Rodríguez Zapatero y primer ejecutivo de la empresa pública Mercasa.Se baraja que sean Maximino Carpio y Enrique Used quienes, con su salida del consejo, dejen libres estos dos puestos.
Cambios de equipo
10-08-200. Primera remodelación. César Alierta ha acometido bastantes remodelaciones del equipo desde que llegó a la presidencia en verano de 2000, unas de mayor calado que otras. La primera fue importante y la hizo nada más llegar. Nombró a Fernando Abril consejero delegado y decidió la entrada de Luis Lada en el consejo.
24-07-2002. Movimientos en las filiales. En verano de 2002, con el consejo de Telefónica hecho ya a medida de Alierta, el presidente mueve ficha en las filiales. Luis Lada deja su puesto como presidente de Telefónica Móviles y pasa a ser director de estrategia. António Viana asume su puesto, mientras que José María Álvarez-Pallete es nombrado presidente de Telefónica Internacional.
24-09-2003. Salida del Número dos. La vuelta al curso del año 2003 marca la ruptura del modelo ejecutivo que hasta ese momento había seguido Alierta. Fernando Abril, consejero delegado de Telefónica, abandona la compañía y el presidente asume en solitario todo el poder ejecutivo. Así se ha mantenido hasta ahora.
21-09-2005. Impulso a la internacionalización. Igual que sucederá hoy, Alierta aprovechó el último consejo del año para aprobar una remodelación en 2005 llamada a sacar el mejor provecho de la internacionalización de Telefónica. Fue entonces cuando Julio Linares asumió su papel de número dos en la sombra, como encargado de explotar las sinergias entre todas las filiales y negocios.