La industria americana se prepara para reducir las emisiones de CO2
El Gobierno de George Bush sigue perdiendo posiciones en la cumbre del clima de Bali. La decisión de Australia de ratificar Kioto y la nueva ley que pretende aprobar el senado estadounidense para reducir las emisiones de la industria son los últimos encontronazos.
La delegación de EE UU en la Cumbre de Bali no pudo hacer nada más que poner cara de pócker al ser preguntada por su reacción ante la decisión del Senado de este país de aprobar ayer mismo un insólito texto, que quiere imponer a la industria estadounidense un drástico recorte en la emisión de gases contaminantes. El portavoz del Gobierno de W.Bush en este foro internacional, Harlan Watson, sólo espetó: 'no conozco los detalles de la medida, así que no puedo decir mucho más'.
La Comisión de Medio Ambiente de esta cámara aprobó el miércoles por una apretada mayoría de once votos a favor y ocho en contra el America's Climate Security Act, el texto que abre la vía, por primera vez en EE UU, a la reducción obligatoria de emisiones de CO2. La medida quiere acotar las emisiones de la industria, el sector eléctrico y el transporte, en un recorte que podría rozar el 70% en el 2050. La ley en ciernes tiene ahora luz verde para debatirse en el pleno del Senado, el año próximo. El senador independiente Joe Lieberman, vivo defensor de Kioto y de este texto, celebraba en su blog este 'paso de gigante histórico', que 'envía un claro mensaje a la comunidad internacional'.
Celebración
La noticia fue celebrada por el secretario ejecutivo de la ONU para cambio climático, el contundente Yvo de Boer, quien la tildó de 'muy esperanzadora de parte de Estados Unidos'.
Claro que la euforia duró poco. Watson se aseguró de dejar claro que la medida 'no cambiará la postura de EE UU', a saber, que este país no ratificará el protocolo de Kioto ni sellará ninguna medida que prevea imposiciones a sus empresas. Sin embargo, ahora EE UU está aún más aislado en la cumbre de Bali, en el que supone el segundo revés en sólo una semana.
El lunes, el recién inaugurado Gobierno de Australia anunció la ratificación de Kioto y este país ha lanzado una propuesta para reducir las emisiones de un 25% a un 40% en el horizonte del año 2020, a la que se ha sumado la UE. El Viejo Continente, que reducirá de forma unilateral sus emisiones en un 20% de aquí a 2020 (y hasta un 30% si el resto de países le siguen), quiere ir muy lejos en esta cumbre, según los observadores. Mientras los demás países anuncian compromisos a medio gas, la UE está poniendo sobre la mesa toda una batería de medidas que respondan a 'la clarísima necesidad de que la protección del clima y el crecimiento económico vayan de la mano' y que 'las oportunidades económicas estén al alcance de todo el mundo', según explicó un portavoz de la Comisión Europea.
Un mercado de 205.150 millones
De entrar en vigor, la obligación de recortar emisiones de EE UU abriría un mercado potencial de derechos de emisiones de dióxido de carbono de hasta 300.000 millones de dólares (205.150 millones de euros), según los expertos. La creación de un mercado mundial de carbono es precisamente una de las alternativas que se barajarán en Bali. Otras voces defienden el recorte de emisiones mediante la creación de un impuesto. En cualquier caso, poner precio al carbono se hace urgente. La UE se adelantó en 2003 al pelotón internacional, y creó el sistema de 'cap and trade', en jerga medioambiental, de compra y venta de derechos de emisión, que hasta el momento ha supuesto el 15% en el recorte de emisiones del club europeo. Ayer, el Ejecutivo comunitario defendió esta medida como una 'herramienta fundamental en el esfuerzo financiero contra el calentamiento climático'.