La OPEP no sube la producción y el precio se mantiene
Los grandes productores de petróleo aplazaron hasta febrero un nuevo aumento de producción para frenar la escalada alcista del crudo. Consideran que la reciente subida de precios no responde a problemas de oferta y demanda, sino a un movimiento especulativo internacional.
El hecho de que el petróleo rozara la semana pasada los 100 dólares por barril no ha sido motivo suficiente para que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), reunida ayer en Abu Dhabi, decidiera un nuevo aumento de producción para enfriar unos precios que llevan batiendo récords en las últimas cinco semanas.
En la declaración final de la reunión, los ministros de la OPEP aseguraron que la persistente volatilidad de los precios 'sigue siendo un asunto de mucha preocupación', aunque la atribuye principalmente a la especulación financiera. Así se explica el alza hasta cerca de 100 dólares para bajar a 90 dólares en apenas siete días. No obstante, los grandes productores no las tienen todas consigo y han convocado una reunión extraordinaria para el 1 de febrero en la que se volverá a estudiar la situación internacional del crudo.
Los mercados reaccionaron con rapidez y fuerte volatilidad ante la decisión de la OPEP de ayer: el crudo subió con fuerza, dos dólares, hasta 92 dólares por barril a primera hora de la mañana para regresar a 90 dólares al cierre de la sesión, una cotización similar a la del día anterior. La Agencia Internacional de la Energía, que había pedido a los productores que pusieran más petróleo en el mercado para evitar tensiones en los precios, lamentó la decisión de la OPEP. 'Creemos que hay mucha incertidumbre en el mercado en cuanto a las reservas, especialmente con la llegada de un invierno que se prevé muy frío', aseguró ayer Nobuo Tanada, director general de la AIE. 'El mercado está claramente incómodo ante la fuerte pérdida de reservas y el precio por encima de 90 dólares por barril. Es necesario un aumento de producción que permita recuperar lo que se ha perdido', dijo.
Pocas horas después de las declaraciones de Tanada, el departamento de Energía de EE UU le daba la razón al informar de una caída de 8 millones de barriles durante la semana pasada, la mayor desde marzo de 2005, de tal manera que han quedado en 305,2 millones de barriles. Ese descenso ha pillado a contrapié a la mayoría de los analistas, que preveían una caída nunca superior a un millón de barriles, y pone un punto más de presión sobre los precios en EE UU, el mayor consumidor de calefacción del mundo, en plena temporada de invierno.
La mayoría de las pérdidas se han producido en el Golfo de México, donde las reservas descendieron en 5,9 millones de barriles. Tim Evans, analista del área de energía de Citigroup, destacó la fuerte caída de las importaciones. 'No sabemos si se trata de una pérdida en las entregas de los vendedores o alguna escasez que no conocemos', apuntó. No obstante, el precio del barril de Texas, de referencia en EE UU, se mantuvo en niveles del día anterior.