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CincoSentidos

La cesta de la compra inmigrante

Al colectivo le gusta consumir y es impulsivo al elegir los productos

Son jóvenes, la mayoría europeos, trabajadores y, aunque comen sano, no son muy afines a la dieta mediterránea. æpermil;ste es uno de los perfiles más comunes de los extranjeros que habitan en España. El informe presentado ayer por TNS Worldpanel Inmigrantes, consumidores que suman, que establece una radiografía de la población extranjera y sus hábitos de consumo, señala que a pesar de ser un colectivo muy heterogéneo, los datos reflejan la existencia de unos patrones comunes en la actitud que éstos tienen en el consumo. Y es que al 66% de los inmigrantes que viven en España les gusta hacer la compra. 'Esta mayor afinidad a esta tarea se explica en buena medida gracias a la novedad que les aporta. Las estanterías de nuestro país ofrecen productos diferentes y marcas distintas, y las novedades resultan atractivas', señala el estudio de TNS Worldpanel.

Los inmigrantes también son más impulsivos en sus compras. El porcentaje de ciudadanos extranjeros que asegura ceñirse a la lista de los productos que verdaderamente necesitan es del 43%, frente al 49% del total de residentes en España.

Desde TNS destacan cómo la población extranjera se ha convertido en un dinamizador clave del sector del gran consumo. El crecimiento de este mercado se sitúa en el 4,5%, en el que los habitantes extranjeros aportaron un tercio de ese crecimiento.

Sin embargo, el tipo de bienes que consumen es diferente. Aunque la mayoría de los inmigrantes que viven en España destacan su preferencia por productos saludables, las cifras son menores si se compara con el total de la población. Alimentos como la carne, la cuajada, las legumbres secas y otros tipos característicos de la dieta mediterránea pierden fuerza en el carro de la compra del ciudadano extranjero. Por contra, su consumo en cruasantería, nata montada, frutos secos o galletas rellenas es muy superior al de la media española.

Los inmigrantes se adaptan bien a la oferta que encuentran en los establecimientos, aunque mantienen particularidades de consumo derivadas de sus hábitos culturales. Y hay que tener en cuenta que cocinan de distinta manera. El consumo de aceite de oliva es mucho inferior entre la población inmigrante, mientras que se dispara el consumo de aceite de girasol, margarina o la nata líquida.

En cuanto al perfil, la mayoría procede de países Europeos, a éstos les siguen los que vienen de América, los africanos y asiáticos. Además, se trata de una población bastante joven, ya que el 64% tiene entre 16 y 45 años y el 67% está incorporado al mundo laboral.

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