Alegres Presupuestos
La semana pasada se aprobaron por el Congreso de los Diputados los últimos Presupuestos de la actual legislatura. Se ha subrayado el apretado margen de la votación parlamentaria con el que fueron aprobados -el más estrecho de la era Zapatero-, pero lo cierto es que los Presupuestos para 2008 ofrecen características notablemente más relevantes.
De entrada, aunque es un hecho históricamente cierto que en todo presupuesto preelectoral se relajan los criterios de su elaboración, en esta ocasión las alegrías incorporadas responden a un auténtico fin de fiesta. Los responsables presupuestarios se han lanzado por la senda del gratis total, en su versión más avanzada de todo y para todos. Pese a ello, las previsiones se cierran con un superávit para el Estado de 1,6 millones de euros, equivalente al 0,2% del PIB.
A su vez, en estos Presupuestos se asume el primer pago de la deuda vitalicia pactada entre el Gobierno de la nación y determinados Gobiernos regionales -Cataluña y Andalucía-, por la que el Estado viene obligado a destinar para dichas comunidades un porcentaje predeterminado de la inversión estatal. Se trata de un compromiso ineficiente dada la absurda rigidez que incorpora, e injusto dada su asimetría al no extenderse al resto de comunidades.
Las cuentas para 2008 esconden un auténtico agujero en forma de ingresos del IVA sobrestimados
A más a más, el porcentaje aplicable a cada comunidad se determina en función de la variable que más favorece a cada una -la renta en Cataluña, la población en Andalucía-, lo que hace que la generalización de la cláusula al conjunto de comunidades autónomas hiciera matemáticamente imposible cuadrar la inversión total con la suma de su distribución regional. Es lo que el vicepresidente Solbes bautizó como el juego del sudoku, en frase que ha hecho fortuna, probablemente para disgusto de su autor.
Por otra parte, resulta llamativo que en el debate parlamentario el propio vicepresidente reconociera que las actuales expectativas de crecimiento económico son inferiores a las utilizadas en los escenarios macroeconómicos que han servido de base para elaborar los Presupuestos. Por este motivo, según explicitó Solbes, existe un riesgo notable de incumplimiento de las previsiones presupuestarias. Lo que no se compadece con el rigor y la obligación de un responsable económico es realizar la citada afirmación y mantener unas previsiones presupuestarias ya desautorizadas por la actual coyuntura económica.
Aunque son varios los ejemplos de las alegrías que incorporan los Presupuestos para 2008, probablemente una de las más significativas se encuentre en la estimación de los ingresos por IVA. En esta cuestión, además de alejarse de los criterios más elementales de rigor y prudencia, el vicepresidente se ha apartado también de lo que ha sido su propia conducta en los últimos ejercicios. Veámoslo.
En la elaboración de los Presupuestos correspondientes a los ejercicios 2005, 2006 y 2007, el volumen de ingresos de IVA esperables se cuantificó en base al crecimiento anual de los mismos durante el año previo al presupuestado, estimando en el Presupuesto un aumento notablemente inferior. Así, al elaborar el Presupuesto para 2005, el crecimiento estimado de los ingresos de IVA fue inferior en tres puntos porcentuales al que estaban teniendo en 2004. En la confección del Presupuesto para 2006, los ingresos de IVA se previeron considerando que crecerían a un ritmo inferior en cinco puntos porcentuales a aquel con el que estaban creciendo en 2005. Finalmente, en la elaboración del Presupuesto para 2007, la estimación de los ingresos del IVA consideraba que éstos aumentarían a una tasa inferior en cuatro puntos porcentuales a la mantenida en 2006.
La utilización de este criterio de prudencia permitió que la ejecución de los Presupuestos de 2005 y 2006 -últimos finalizados- se cerrara con desviaciones positivas en la recaudación del IVA, dado que su comportamiento recaudatorio fue mejor que el previsto presupuestariamente, evitando que se adoptaran decisiones sobre gastos en base a unos ingresos no realizables.
Sin embargo, la elaboración del Presupuesto para 2008 ha optado por el criterio radicalmente opuesto. Así es, durante 2007 los ingresos de IVA están creciendo de modo significativamente modesto, a una tasa del 2% -tasa que además se viene reduciendo conforme avanza el año, pues en junio era del 8%-. A pesar de ello, para estimar los ingresos de IVA en el Presupuesto para 2008 se ha considerado que su crecimiento en dicho ejercicio será del 4,6%, ¡más de dos puntos porcentuales superior al actual!, sentando así las bases para una futura desviación negativa en forma de recaudación inferior a la presupuestada.
La primera consecuencia de lo expuesto es que los alegres Presupuestos para 2008 esconden un auténtico agujero en forma de ingresos del IVA sobreestimados -no ya con alegría, sino con auténtica fantasía- superior a dos millones de euros. La segunda consiste en que, merced al citado agujero, el anunciado superávit presupuestario del 0,2% sobre el PIB falsea, caeteris paribus, un auténtico y peligroso déficit.
Ignacio Ruiz-Jarabo Colomer
Ex presidente de la SEPI, presidente de PAP Tecnos y consejero de Copisa