Qué manía con no hablar a la prensa
Estuvo a punto de ser presidente de Estados Unidos. Una vez asumida y asimilada la derrota, algunos no consiguen superar el fracaso nunca, intentó buscar su camino profesional. Tarea ardua ésta última, sobre todo cuando uno se ha expuesto demasiado a los focos y ha sido derrotado en las urnas. Se interesó y coqueteó con la sociedad de la información y las nuevas tecnologías. Y llegó a ser consejero de grandes multinacionales como Google o Apple. Pero no fue suficiente para dar su golpe de efecto y volver a coger el impulso que necesitaba. Conviene recordar que alguien que ha estado expuesto constantemente, fue vicepresidente de Estados Unidos bajo el mandato de Bill Clinton, al escrutinio de la opinión pública y a los medios de comunicación, es una persona acostumbrada a gestionar su vanidad y su ego. Por tanto, necesitaba volver otra vez a ser el centro de atención. Como dirían los expertos en marketing de cualquier escuela de negocios, lo difícil era encontrar un nicho de mercado donde el político pudiera aportar algo y marcar la diferencia con el resto. Lo encontró. En el cambio climático.
De hecho, se ha convertido en el mayor activista contra este desastre natural. Al Gore y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU fueron galardonados el pasado viernes con el premio Nobel de la Paz 2007, por 'sus esfuerzos para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre y poner las bases para las medidas para contrarrestar ese cambio'. Hasta ahí nada que objetar. Es más, su documental Una verdad incómoda alerta sobre los cambios producidos en la tierra, debidos al uso de combustibles fósiles, que han elevado las temperaturas con el consiguiente deshielo de los glaciares. Sin embargo, un juez de Gran Bretaña ha mostrado sus reparos y ha afirmado haber identificado errores importantes en la cinta que ha calificado de demasiado alarmista.
El 23 de octubre viajará a Palma de Mallorca a exponer sus teorías en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Lo que sorprende es que en el programa se haya incluido una petición del propio Al Gore: 'por indicación del invitado no está permitido el acceso a periodistas a la conferencia'. ¿Qué le pasa, qué teme a la prensa, que ya no se siente seguro, una vez conseguido el discutido galardón? Habrá que recordarle que ha utilizado a los medios de comunicación para dar a conocer sus ideas.