Premio en el día de Telefónica
Telefónica cotizó ayer a 20,67 euros, con una subida del 6,99% -la mayor desde agosto de 2002- y tocó un máximo desconocido desde 2000. Todo un regalo para celebrar el día del inversor, que ha servido para aupar el Ibex hasta los 15.100 puntos. El detonante de tan espectacular subida fue el anuncio de César Alierta de que en 2008 el dividendo alcanzará el euro por acción, adelantando en un año la previsión de duplicarlo desde 2005.
La valiente decisión de la operadora le supondrá un desembolso de 4.730 millones, toda una declaración de confianza tanto en el futuro de la empresa como en la evolución económica española y mundial. Además, despeja las dudas abiertas con la adquisición de O2 y confirma que está realizando una buena digestión de la compañía británica.
Pero el dividendo no ha sido el único revulsivo que desencadenó ayer el hambre compradora por Telefónica, que tocó los míticos 100.000 millones de capitalización. Junto a la prioridad de remunerar al accionista -'los accionistas van primero' es el plausible compromiso de Alierta-, la segunda meta es reducir deuda, muy crecida tras la compra de O2. Y la tercera, seguir con adquisiciones selectivas, lo que le permitiría subir más arriba del cuarto puesto del ranking mundial.
Todo ello será posible si se cumplen las buenas perspectivas dibujadas por los directivos ayer en Londres para el periodo 2008-2010. Alierta prevé que los ingresos crezcan anualmente entre el 5% y el 8%, lo que garantizaría un flujo de caja de 60.000 millones hasta 2010 y 11.000 millones de beneficios ese año. Aspiran a 290 millones de clientes en todo el mundo, lo que exige captar 78 millones en tres años y crecer en todos los mercados, incluido el español, donde esperan aumentar sus ingresos entre un 2% y un 3,5% anual. Objetivos ambiciosos sólo posibles con una economía sólida, por lo que de nuevo Alierta muestra su confianza en la evolución positiva de la economía española y mundial.