Trichet mantendrá los tipos varios meses
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, infundió ayer un respiro a los mercados al mantener los tipos de interés de la zona euro en el 4%. Además, Trichet modificó su discurso, dejando ver una interrupción en su política de endurecimiento monetario.
En la rueda de prensa ofrecida ayer por el presidente del Banco Central Europeo faltó una referencia omnipresente en todas sus comparecencias similares desde hace casi dos años: 'La política monetaria continúa en el lado acomodaticio'. Esta omisión fue recibida ayer por analistas y mercados como una señal inequívoca de que, de momento, el organismo emisor se ha tomado un receso en su política de encarecimiento del precio del dinero.
Tal como se esperaba, la reunión del Consejo de Gobierno del BCE celebrada en Viena se saldó manteniendo los tipos de referencia para la zona euro en el 4%, donde descansan desde el pasado mes de junio, en una nueva política de 'esperar y ver'.
La crisis de confianza que acecha desde agosto los mercados financieros no remite. Ayer mismo, la Reserva Federal de Estados Unidos inyectó 28.000 millones de dólares a su sistema bancario para tratar de templar los ánimos. Esa misma crisis ha llevado a que los tipos aplicados en el mercado interbancario europeo para préstamos a tres meses superen en siete décimas las tasas de referencia del BCE, algo que no sucedía desde hace seis años. Una razón esgrimida por el secretario de Estado de Economía, David Vegara, para afirmar que el mercado 'ya ha hecho parte del trabajo' del BCE. Incluso el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que su impresión es que el Euribor (tipo de referencia para las hipotecas) 'ha tocado techo'.
Durante su comparecencia, difundida íntegramente por internet, Trichet realizó otro cambio significativo: mantuvo el latiguillo de que el BCE mantendrá una 'vigilancia estrecha', aunque esta vez no se refería únicamente a la inflación, sino a 'todos los elementos', incluyendo la evolución de la crisis de confianza en los mercados financieros. Así, explicó que 'es necesario recabar información adicional y examinar nuevos datos antes de dibujar más conclusiones sobre la estrategia de política monetaria'.
Preguntado por si se había planteado bajar los tipos, Trichet insistió en que la prioridad sigue siendo controlar los riesgos sobre la estabilidad de precios. Eso indica que el camino de endurecimiento de la política monetaria no está completamente cerrado, y no debe descartarse una nueva subida de tipos una vez que se disipe la tormenta.
El BCE confirmó ayer su 'escenario base' respecto a las previsiones de crecimiento, aunque Trichet matizó que los riesgos respecto a este pronóstico principal han empeorado. Así, como ya publicara el mes pasado, el organismo emisor espera que el producto interior bruto de la zona euro crezca este año un 2,5%, llegando en 2008 hasta el 2,3%. Ambas cifras suponen una tendencia decreciente respecto al 2,7% cosechado en 2006, el mejor ejercicio en lo que va de siglo.
Sin embargo, Trichet amplió las que, su juicio, son nubes que amenazan ese pronóstico principal: no faltaron los habituales desequilibrios globales, incremento del precio del petróleo y otras materias primas, y tentaciones proteccionistas. Pero además añadió una cuarta amenaza: el aumento de la desconfianza sobre las condiciones de financiación. Un efecto derivado de la crisis de las hipotecas subprime de alto riesgo en Estados Unidos, que ha logrado paralizar las subidas de tipos de interés en Europa.
Persisten los riesgos al alza para la inflación
El presidente del BCE quiso dejar claro ayer que el hecho de diferir sine die la próxima subida de tipos no implica que el organismo no vigile los riesgos alcistas para los precios. Trichet recalcó que el dinero en circulación crece a ritmo muy alto (el M3, a casi un 12%), un avance de que la reciente evolución alcista de los precios puede continuar.El indicador adelantado de IPC armonizado, publicado por Eurostat, recogió un preocupante incremento de la inflación en septiembre. Esta se situó en el 2,1%, cuatro décimas más que en agosto. Un incremento que entraba dentro de las previsiones, dado el temido efecto base derivado del precio del petróleo. Después de tocar máximos en agosto del año pasado, el barril de Brent se abarató notablemente en los últimos meses de 2006; este año, en cambio, la escalada del crudo no se ha detenido tras el verano, e incluso ha cosechado nuevos récords al romper la barrera de los 80 dólares. Ese sobreprecio de la energía respecto al año pasado es el que castiga ahora a la inflación interanual. Trichet cree que ese efecto no está amortizado: 'Creemos que la inflación estará significativamente por encima del 2% el resto del año y a principios del próximo', afirmó. Eso sí, el presidente del BCE cree que hacia la primavera volverá a moderarse la inflación, para cerrar 2008 en un nivel medio cercano al 2%.