Puede encontrarse un astronauta donde menos se lo espere
Inasmet coordina un programa para la transferencia tecnológica espacial a lo más cotidiano
El jamón de la marca Espuña o Campofrío que se lleva a la boca tiene tecnología espacial. Aunque parezca imposible es cierto. Estas compañías utilizan un sensor que realiza un mapa hídrico de la pata del cerdo en el proceso de curado, lo que permite ahorrar tiempo y mejorar la calidad. Este invento es una adaptación del diseñado por la empresa española NTE para controlar los parámetros corporales de los astronautas en el espacio. Ahora, gracias a la compañía vasca Inasmet (del grupo Tecnalia), se aplica en la industria cárnica.
Inasmet coordina en España desde 1998 el programa de transferencia de la tecnología espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA). Esta compañía busca mercados donde la innovación del sector pueda ser aplicada en las empresas, la industria e incluso en lo más cotidiano. Existen bastantes ejemplos históricos de estos usos civiles previamente usados por astronautas: sartenes antiadherentes, pañales, airbags o el velcro.
La ESA seleccionó a la filial de Tecnalia como coordinadora por su experiencia en la industria: Inasmet nació en 1960 para dar soporte en el campo de la investigación a las fundiciones vascas. En 1996, con su bagaje sobre materiales, dio el salto al campo espacial. 'Conocemos las necesidades tecnológicas de las empresas', resume Jesús Marcos, director del Mercado Espacial de Inasmet.
'Cada euro invertido en espacio, las empresas del sector lo multiplican por tres en mercados derivados', explica Marcos sobre la importancia de la transferencia tecnológica en un sector en el que se invierten 150 millones de euros en España. La ESA financia con 50.000 euros cada intento de transferir la tecnología a un uso comercial.
Para comerse el jamón espacial tal vez se esté utilizando una dentadura extraterrestre. Lifenova Medical, una empresa de Tecnalia, utiliza un lubricante sólido fabricado para la Estación Espacial Internacional que usa en el revestimiento de un tornillo de implantes dentales. Como resultado: piezas mucho más duraderas.
Los sectores que utilizan tecnología espacial son múltiples. Los medios de comunicación reflejaron hace tres años las tres medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Atenas del atleta alemán Wojtek Czyz que corría con una prótesis en forma de L en su pierna izquierda. Lo que pocos dijeron es que, en parte, estaba confeccionada con versiones de materiales usados en el espacio. No es el único ejemplo de transferencias para personas con discapacidad. En España, el Instituto Astrofísico de Canarias ha elaborado unas gafas para la ONCE con las que la personas invidentes pueden adivinar la forma de objetos que tienen delante.
¿Y si después del jamón le apetece un poco de agua? En poco tiempo, cuando abra el grifo o una botella, seguramente el líquido habrá sido analizado previamente por un sensor que detecta la presencia de microorganismos. Fue inventado para conocer la calidad de los fluidos, deforma inmediata, en la Estación Espacial. Inasmet, a través de Biofinder, lo comercializará próximamente a embotelladoras y canales de distribución de agua para un diagnóstico microbiológico rápido.