Solvencia y riesgo hipotecario
La crisis hipotecaria sólo ha germinado en Estados Unidos, aunque se han reproducido episodios puntuales en Alemania y Reino Unido. Pero la imagen de las prolongadas colas de depositantes retirando sus libras del banco británico Northern Rock ha sembrado de desconfianza los mercados financieros en otras plazas. España, sin ir más lejos, está siendo en parte víctima de una generalización de comportamientos que no se ajustan a la realidad. El mercado de renta variable está castigando en las últimas jornadas a sectores empresariales completos ligados al negocio hipotecario, tanto bancos como constructoras e inmobiliarias, con una virulencia poco coherente con los fundamentales de las compañías.
Aunque el mercado está ahondando en una herida abierta hace semanas, ayer las declaraciones del presidente de Northern Rock, en las que aseguraba que tres instituciones financieras españolas habían precisado de inyecciones extraordinarias de liquidez -un extremo negado públicamente por el Banco de España-, intensificaron las ventas en el parqué español.
El mercado financiero es muy sensible a la desconfianza. Las declaraciones deben ser muy medidas en el momento actual y la transparencia, absoluta. El gobernador del Banco de España recordará hoy en el Congreso que la solvencia y las coberturas ante morosidad de la banca española son las más holgadas de Europa, y que ésta resistirá una desaceleración del crecimiento y un avance de la mora. Pero los bancos deben hacer un esfuerzo adicional de transparencia cuando presenten sus resultados, para dar confianza al mercado.
Habrá que superar nuevos episodios como el de Northern Rock en Europa, aunque la actitud laxa del Banco de Inglaterra, radicalmente diferente a la preventiva del BCE, tiene bastante que ver en el desenlace del problema. Está bien imputar a cada gestor el riesgo de sus decisiones, y no incurrir nunca en riesgo moral. Pero Northern Rock ha demostrado que, al final, la autoridad monetaria no puede quedarse al margen si quiere evitar un colapso que arrastre a otras instituciones.