La Comisión Europea derrota a Microsoft
En apenas cinco minutos y en inglés, el gigante informático Microsoft ha sufrido hoy en Luxemburgo una de las mayores derrotas en sus tres décadas de historia. El Tribunal de primera instancia de la UE ha confirmado todos los cargos de la Comisión Europea contra la compañía, así como la multa de 497 millones de euros que el entonces comisario europeo de Competencia, Mario Monti, le impuso en 2004 por reiterado abuso de posición dominante.
Durante la lectura de la sentencia, el presidente del Tribunal, el danés Bo Vesterdorf, ha rechazado casi por completo todos los argumentos presenados por la legión de abogados de Microsoft. El Tribunal dictamina que Bruselas no se equivocó al exigir a la empresa que facilitase la interoperabilidad de su omnipresente sistema operativo, Windows, con los productos de otras compañías rivales. Los jueces, asímismo, consideran acertado la decisión comunitaria de exigir en Europa la comercialización de una versión de Windows sin el programa multimedia Media Player, para ofrecer al consumidor la oportunidad de elegir otro programa.
El veredicto considera, por último, que la multa impuesta, la más alta en la historia de la política comunitaria de competencia, estuvo acorde a la falta cometida.
Microsoft sólo se ha apuntado un tanto mínimo frente a la CE, al conseguir que los jueces anulen la decisión de Bruselas de nombrar un experto que arbitrase entre las dos partes la aplicación de las medidas correctoras impuestas a la compañía. El Tribunal ha fallado que la CE se excedió en los poderes que concedió a ese asesor externo.
Proceso histórico
Casi todo en este caso supera lo visto antes, desde el importe de la multa, la más alta impuesta nunca por la Comisión, a la duración de la audiencia oral, que se alargó cinco días, y el número de abogados desplazados por el gigante informático, que superó el centenar.
Los trece magistrados del Tribunal de Primera Instancia que participaron en la vista del caso se han tomado casi 17 meses para deliberar, muy por encima del plazo medio habitual en esta corte, en torno a seis meses.
El tamaño del equipo jurídico movilizado permite hacerse una idea de la importancia que da Microsoft a esta disputa y confirma que en ella se juegaba mucho más que los 497,2 millones, que desde 2004 están en una cuenta bancaria bloqueada, a los que el año pasado se sumaron otros 280,5 millones de euros, por seguir incumpliendo las demandas de Bruselas.
Con esta decisión, el tribunal presidido por el juez danés Bo Vesterdorf rechaza el recurso de la empresa de Bill Gates, pone en cuestión su modelo de negocio y la forma en que ha logrado convertirse en líder indiscutible en el mercado de programas informáticos.
El optimismo no reinaba en Microsoft y sus portavoces procuraron recurrdar que "raramente la corte europea anula completamente una decisión de la Comisión por abuso de posición dominante".
Dirimir varias cuestiones
Lo magistrado debían antender a varias cuestiones en la sentencia hecha pública hoy. Primero, debíanevaluar si, como afirmaba la Comisión, Microsoft se aprovechó del virtual monopolio de su sistema operativo Windows -presente en el 95% de los ordenadores del planeta- para expulsar del mercado a otros competidores, a los que, además, no habría facilitado la información necesaria para fabricar productos compatibles.
Según Bruselas, la estrategia de Microsoft de incorporar el reproductor Media Player a Windows, en vez de venderlos como productos separados, le permitió erigirse en líder de un mercado que hasta entonces no dominaba.
La Corte debía pronunciarse, asimismo, sobre los remedios impuestos por la Comisión: obligar a vender Windows sin Media Player integrado, y forzar a Microsoft a ceder a otras empresas una serie de protocolos para garantizar que sus programas se entiendan con Windows.
Por último, debían dilucidarla idoneidad de la sanción económica sin tener en cuenta la nueva multa impuesta el año pasado, de 280,5 millones de euros.