No basta con el récord de turistas
Es probable que España cierre este año con un nuevo récord de turistas. Y eso aunque tras una primera parte de verano satisfactoria -en julio entraron 7,7 millones de turistas, un 1,8% más que un año antes-, el ritmo de crecimiento en los siete primeros meses del año ha sido el menor desde 2004, un 2%. El cálculo oficial es que ese porcentaje se mantenga hasta fin de año, con lo que se superarán los 58,5 millones de 2006 para rondar la mítica cifra de los 60 millones de turistas. Esta es una buena noticia, pero sólo a medias. En primer lugar, porque en un contexto de pujanza de destinos alternativos de sol y playa, como Croacia o Turquía, la cifra de 60 millones de turistas se convierte un techo difícil de superar. Y la pregunta es si merece la pena luchar por conseguirlo.
Es preocupante que el menor ritmo de crecimiento se deba a una fuga de visitantes de los tres grandes mercados. El aumento de turistas de Francia y Alemania ha sido modesto, y los procedentes del primer emisor, Reino Unido, han caído un 0,7% entre enero y julio. Una evolución, compensada por Italia y los países nórdicos, que parece indicar que los turistas están cambiando sus destinos. Y un tercer factor de reflexión es que la explosión de las líneas de bajo coste y el declive del viaje organizado está dañando especialmente a destinos típicos de España, como Canarias.
En este escenario, resulta plausible que el máximo responsable del Turismo español confirme que 'no es un objetivo del Gobierno batir récords de turistas', sino que los que lleguen aporten el mayor valor añadido. Es una estrategia poco discutible, además de obvia y reiterada. La pregunta es cómo hacerlo. Por de pronto, resultaría clarificador investigar el grado de convencimiento del sector sobre la importancia de la calidad del servicio, por un lado, y también si está convencido de abandonar las visiones cortoplacistas.
Hace tiempo que la alarma está sonando, y es necesario que la oferta haga crecer el gasto por turista y día. Cualquier decisión que mejore la competitividad del sector debe ser apoyada, y más cuando los destinos competidores no paran de reforzarse.