Otra vez sin luz
Barcelona se quedó ayer sin energía eléctrica, un apagón que sumió a la ciudad en un auténtico caos que afectó a ferrocarriles, metro, centros sanitarios, centros de trabajo, ascensores o semáforos. A más de 350.000 abonados, en suma. Aunque no está muy clara, la causa del desastre parece ser la caída de un cable de alta tensión, propiedad de Red Eléctrica. Sea cual sea el motivo de la avería, no es la primera vez que un corte de suministro provoca el caos en alguna ciudad española. Que los usuarios tengan que sufrir de forma recurrente apagones de este tipo debería abochornar al Gobierno y a las empresas reguladas. Situaciones como la de ayer vuelven a sacar a la luz el debate sobre si el sistema de distribución eléctrica español y el funcionamiento de sus mecanismos de seguridad son los adecuados para una sociedad con una extraordinaria dependencia de la energía eléctrica. La solución pasa por invertir adecuadamente en la red.