Los empresarios dan su último adiós a Jesús de Polanco
Presidentes de los principales grupos económicos y representantes de la cultura acudieron al cementerio de La Almudena donde fue enterrado ayer el editor
El empresario Jesús de Polanco murió el pasado sábado en Madrid a la edad de 77 años como consecuencia del agravamiento de una enfermedad que le afectaba a las articulaciones desde hace varios años y que se vio agravada con una neumonía. Polanco era presidente del Grupo Prisa, el dueño del diario Cinco Días y de algunos de los más prestigiosos medios de comunicación y editoriales en España y en Latinoamérica: El País, Cadena SER, Cuatro, Digital+, Diario AS, Santillana, Radio Caracol, Radiópolis, etc. Durante su dilatada trayectoria, la labor del empresario ha sido fundamental en la creación del que se considera como el más importe grupo de comunicación en idioma español.
La noticia de la muerte del editor ha causado una profunda impresión. Aunque su delicado estado de salud era conocido, la discreción que ha mantenido su entorno durante los últimos meses ha tenido como consecuencia que el óbito cogiera a la mayoría por sorpresa.
Desde que se conoció la muerte no han dejado de producirse reacciones desde el mundo de la economía, la cultura, la educación y la política, que han tenido un profuso reflejo en los medios de comunicación.
Por la capilla ardiente instalada en la tarde del sábado en la sede de la Fundación Santillana, en el centro de Madrid, fue continuo el ir y venir de personalidades, empleados de las empresas del Grupo Prisa, amigos y familiares.
Ayer a mediodía, el cortejo fúnebre salió con dirección al madrileño cementerio de La Almudena. Allí, tras una sencilla ceremonia, recibió sepultura. En el cementerio se habían congregado cerca de un millar de personas, entre las que se encontraban representantes y altos directivos de los principales grupos empresariales del país.
El presidente de Telefónica, César Alierta, acompañado del director general de la multinacional, Luis Abril; Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés; y Florentino Pérez, presidente de ACS, fueron de los primeros en llegar.
Poco a poco se fueron uniendo a ellos Gerardo Díaz Ferrán, dueño de Marsans y presidente de la CEOE; Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Plácido Arango, presidente del grupo Sigla; Luis Isasi, presidente de Morgan Stanley; Isidre Fainé, presidente de La Caixa; Emilio Ibarra, ex-presidente del BBVA; Luis Ángel Rojo, ex gobernador del Banco de España; Joan Laporta, presidente del F. C. Barcelona; Emilio Ontiveros, presidente de AFI; Petra Mateos, presidenta de Hispasat; Jesús Macarrón, presidente del grupo aéreo Gestair; y Carlos March, del Grupo March.
Entre la nutrida representación del mundo de la comunicación acudieron al cementerio, Javier Godó, presidente del editor de La Vanguardia; Belarmino García, consejero delegado de Vocento; Leopoldo Rodés, presidente de Media Planning; o Jaime Castellanos, ex presidente de Recoletos. También asistió el escritor José Saramago acompañado de su esposa, Pilar del Río.
Entre los miembros de la clase política acudió Felipe González, ex presidente del Gobierno; Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores; Magdalena Álvarez, ministra de Fomento; Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia; Luis Solana, responsable de Asuntos Exteriores de la Unión Europea; José Montilla, presidente de la Generalitat de Cataluña; José Blanco, secretario de Organización del PSOE; Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación; Francisco Ros, secretario de Estado de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información; y Carme Chacón, ministra de Vivienda.
También estuvieron presentes algunos miembros del Partido Popular. Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid y amigo personal de Jesús de Polanco; Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, y José Folgado, ex secretario de Estado de Economía con los gobiernos de José María Aznar.
Por otra parte, su colaborador y amigo Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa, y primer director de El País, afirmó en un artículo publicado ayer en ese diario que Polanco 'fue un empresario de éxito y un hombre influyente, quizás hasta poderoso. Pero era difícil reconocerlo en los perfiles y retratos que con insidiosa inquina prodigaban de él algunos de sus competidores y adversarios'. 'Nunca se comportó como el magnate a lo Ciudadano Kane con quien trataban de identificarle', añade Cebrián. 'Siempre contempló sus empresas como el fruto de la actividad de un grupo de amigos que nos dedicamos a hacer cosas que nos divierten'.
Javier Moreno, actual director de El País, destacó que la vida profesional, y también personal, de Jesús de Polanco se cimentó en 'la insistencia en la independencia del periódico ante el poder político y los gobiernos -todos los gobiernos-', 'la obsesión por la calidad profesional de sus redactores', 'el gusto por el trabajo bien hecho'; 'la exigencia del rigor' y 'el destierro de la autocomplacencia'.
Comunicado de los trabajadores. Recuerdo y respeto por un empresario único
La plantilla de Cinco Días, a través de su Comité de Empresa y su Comité de Redacción, quiere transmitir a la familia de Jesús de Polanco su pésame y consternación por la pérdida del que ha sido un empresario único. Su nombre ha sido garantía de libertad, un pilar clave del desarrollo de la democracia en España y ha contribuido a dar a nuestra cabecera un marco de estabilidad e independencia.Como trabajadores de prensa económica, conocemos el mundo empresarial. Y es esa experiencia la que nos permite valorar en toda su dimensión una trayectoria profesional que abarca seis décadas. El decano de la prensa económica en España entró hace casi 20 años en el seno del Grupo Prisa. Dos décadas dan para buenos y malos momentos. En todos, el comportamiento de Jesús de Polanco hacia Cinco Días ha estado presidido por la exigencia, tanto en el plano informativo como en el empresarial. Una herencia que seguirá viva en nuestro trabajo.