La vivienda lastra el avance de la economía de EE UU
La popular empresaria Martha Stewart acaba de vender una propiedades en Connecticut por 6,7 millones de dólares, un 26% menos de lo que pedía.
El momento elegido para vender no es bueno. La crisis de la vivienda que caracterizó la marcha de la economía en 2006, mermando el crecimiento del PIB en un punto porcentual, sigue siendo un factor decisivo este año. Más aún, cada vez menos analistas ven próximo el final de la crisis de un sector, víctima de sus propios excesos y cuyo peso negativo seguirá afectando a la economía en su conjunto.
No obstante, de momento, el contagio a otras áreas productivas ha estado contenido. A mitad de 2007, el crecimiento da muestras de querer volver a la estadística pese a la vivienda. Los últimos datos del Instituto de Gestores de Demanda (ISM) sugieren que en junio el sector servicios, responsable de casi el 90% de la economía, creció al ritmo más acelerado de los últimos 14 meses igual que el ISM de manufacturas. Aunque los pedidos de bienes de capital no han repuntado del todo, la exportación y reconstrucción de inventarios contrarrestarán el peor momento en construcción residencial desde 1991.
Las hipotecas 'subprime' y los embargos tienen nervioso al mercado
Nigel Gault, economista de Global Insight, espera que el PIB 'se expanda al 3,2%' en el segundo trimestre y se recupere de un anormal 0,7% del primero. La mayoría de los economistas tienen una previsión similar a la de Gault incluso para el largo plazo.
'En el segundo semestre prevemos un crecimiento del 2,5% por el mayor deterioro de la vivienda'. Gault opina que el sector se estabilizará en 2008. Otros dejan la fecha para 2009.
El problema ya no es tanto la caída de ventas y precios sino el crecimiento de los inventarios. Tal y como están las cosas se tardarán 7,1 meses en vender todas las casas nuevas construidas y 8,9 meses las de segunda mano que tienen colgado el cartel de 'se vende'.
Esto dilata la salida del túnel y presiona a la baja a los precios. El índice Case-Shiller, que mide los precios de reventa muestra una caída en el último año del 2,1%. En los últimos seis meses el ritmo de rebaja es del 4,8%.
A todo esto, el endurecimiento del crédito, tras años de laxitud, va a poner difícil la salida a estos inventarios ya no solo porque anule a muchos compradores sino también por que las nuevas condiciones han disparado los embargos por la imposibilidad de refinanciar. Además en el sector financiero hay mucho nerviosismo por la crisis generada por las obligaciones de crédito garantizadas (CDO) que han apostado por hipotecas de alto riesgo (subprime) y que ahora entran en mora. Los inversores están nerviosos.
Los analistas están preocupados porque no saben cuánto más aguantará el resto de la economía si la caída de la vivienda se prolonga. La clave es que el paro se quede en el actual 4,5%, lo que permite mantener el crecimiento interanual del consumo en el 3,1%. Es el porcentaje en el que ha estado en los últimos cinco años.
El paro sube donde la vivienda ha sostenido el crecimiento, como Florida. Si el ejemplo se traslada a otros es de esperar que el consumo se desinfle y la factura económica sea más gravosa.