Cómo evitar otro 'palo' de Hacienda
Acabado el plazo para presentar la declaración de la Renta, muchos se lamentan del varapalo que les ha dado Hacienda y se preguntan cómo evitarlo en la próxima declaración. Aunque, según los datos del Gobierno, la mayoría de las declaraciones benefician a quienes las presentan, los que tienen que pagar al fisco tienen que recurrir a menudo a la paga extraordinaria para afrontar un gasto que podría ser menor si se tuviesen en cuenta las distintas deducciones que permite el nuevo IRPF. Aún estamos a tiempo, hasta fin de año, de cambiar el signo de nuestra declaración del año que viene.
Nuestra relación con la vivienda alcanza una nueva dimensión a la hora de desgravarnos. Los menores de 35 años que paguen más de un 10% de sus ingresos anuales para alquilar su vivienda, pueden recibir de vuelta un 10% del importe anual hasta 300 euros. Si, además, pertenecen a una familia numerosa, pueden convertirse en 600 euros.
Si, en lugar de alquilar, nos decidimos a comprar una residencia como vivienda habitual, tenemos derecho a una devolución del 15% del importe con un tope de 9.015,18 euros. Haber pedido un crédito hipotecario por más de la mitad del importe total de la vivienda y demostrar que no podremos pagar un 40% de éste en los próximos tres años nos dará derecho al mismo tipo de devolución con el mismo tope. También, tener abierta una "cuenta-vivienda" nos permite deducir un 15% de lo que ingresemos cada año. Aunque hay que tener cuidado, pues, según la comunidad en que residamos, tenemos la obligación de adquirir una vivienda con ese dinero en un plazo de 5 o 6 años. En caso contrario, tendremos que abonar las deducciones aplicadas y, además, intereses de retraso.
Meternos en obras con la casa también nos puede ayudar. Aquellas reformas en nuestra residencia habitual que puedan justificarse como dirigidas a "mantener el uso normal de la vivienda, así como la sustitución de bienes como la calefacción o el ascensor", nos traerá de vuelta un 15% de lo invertido en ellas, también con un tope de 9.015,15 euros.
Los planes de pensiones son otro de los elementos a tener en cuenta, aunque hay que estar al corriente de los cambios que se han producido con el nuevo IRPF. Las aportaciones realizadas durante el año sirven para reducir la base imponible, con un tope de 10.000 euros, aunque la cantidad desgravable no podrá superar el 30% de los rendimientos del trabajo. Este límite asciende a 12.500 euros o el 50% de las rentas del trabajo para los mayores de 50 años.
Si se tienen acciones, hay que tener en cuenta los cambios en la fiscalidad de las plusvalías. En general, no compensará vender los títulos adquiridos hace menos de un año y sí deshacernos de los adquiridos hace más de 12 meses.
Los trabajadores autónomos están acostumbrados a hacer acopio de todo tipo de facturas. En su declaración trimestral del IVA, pueden descontarse el IVA de aquellas facturas que hayan abonado durante el ejercicio de su profesión. Así, por ejemplo, la adquisición de material de oficina o los gastos de transporte pueden quedar exentos del pago del IVA siempre que sean justificados de este modo.
Donaciones y ayudas culturales
Explotar la vena solidaria también puede ayudar al bolsillo. Las donaciones a instituciones sin ánimo de lucro ofrecen jugosas ventajas. Con carácter general, tienen una deducción del 20%, que se amplía al 25% en programas prioritarios de mecenazgo, como la restauración de catedrales. Asimismo, las donaciones a fundaciones y asociaciones declaradas de utilidad pública tienen una deducción del 10%.
Los contribuyentes que hayan residido en Ceuta y Melilla, tienen también la posibilidad de reducir el 50% de la cuota íntegra de los ingresos obtenidos en esos territorios. Las comunidades autónomas pueden además aprobar deducciones con ciertos límites. La lista de resquicios para aligerar las cargas fiscales incluye las cuotas sindicales y las que se abonan al colegio profesional, hasta un máximo de 300,51 euros.
Si estamos cerca de la edad de jubilación y Hacienda aprieta, hay que saber que, si alargamos la vida laboral más allá de los 65 años, las reducciones por trabajo serán el doble.
En cualquier caso, si no podemos permitirnos una vivienda (ni en alquiler), no conseguimos ahorrar para un plan de pensiones, alargar la vida laboral no está en nuestro horizonte y no queremos financiar la reconstrucción de una catedral o explotar nuestra cara más humana apoyando a una ONG, no quedará más remedio que ahorrar todos los meses para ajustar cuentas con Hacienda el próximo verano. O tener hijos, que está en el 'top ten' de las ofertas electorales en tema de impuestos, Zapatero ofrece 2.500 euros y Rajoy sube la puja a 3.000 ¿alguien da más? Siempre quedará la opción de pedir que nos aumenten la retención? y cobrar menos cada mes.