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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La Fed, a contracorriente y en piloto automático

Apostar porque la Reserva Federal mantenga hoy los tipos de interés en el 5,25% no es arriesgado. Ahí llevan un año y una mayoría de analistas cree que ahí se quedarán hasta fin de 2007 teniendo en cuenta las previsiones de inflación y crecimiento. Los números aconsejan al presidente de la Fed, Ben Bernanke, mantenerse alerta, pero en el actual piloto automático, según acaba de recomendarle el FMI.

Es una expectativa muy distinta a la del resto de las economías desarrolladas donde se esperan subidas. Pero la economía estadounidense está en una situación distinta y se ha quedado sin liderar el buen momento mundial. La situación de la mayor economía del mundo difiere de la del resto en que la inflación (subyacente) empieza a contenerse y por otro lado que las previsiones de crecimiento tienen aún que asentarse y superar una caída del mercado de la vivienda que no ha tocado suelo.

Por lo que respecta al crecimiento, hoy, y antes de que la Fed emita su comunicado tras una reunión de dos días, se hará pública la revisión del PIB del primer trimestre. En su primera lectura registraba un anémico avance del 0,6% por culpa, del mal momento de la vivienda. Los economistas esperan que mejore y quede en un 0,8% o un máximo del 1,5%.

No obstante, puesto que a la Fed le preocupan los escenarios futuros (por el margen de tiempo en el que hacen efecto sus movimientos), lo más importante de las cifras del PIB será cómo varíen las previsiones para siguientes trimestres. Desde luego, las del segundo son muy favorables.

El consenso de los analistas apuesta por un rebote y un avance sobre el 3%. La mayor parte de la mejora se debería a la recomposición de unos inventarios muy bajos, un aumento de la inversión empresarial y pública y la mayor agilidad de la producción industrial no solo para atender a un consumidor local, al que no parece agotar la crisis de la vivienda, sino también al mercado de la exportación. En Morgan Stanley creen que el crecimiento mostrará un fuerte movimiento pendular con respecto al primer trimestre y del 0,6% pasará al 4,1%.

Este optimismo se matiza en la segunda mitad del año que se espera cerrar con un crecimiento entre el 2% y el 3%. Eso si la vivienda no hunde más a la economía, el crudo no se dispara y el consumidor sigue mostrando resistencia.

Mientras se desinflaba el crecimiento, la inflación se ha ido, consiguientemente, conteniendo. El IPC subyacente (sin energía y alimentos) está a la baja. Los gastos interanuales de consumo personal, más vigilados por la Fed han pasado del 2,4% en septiembre y febrero al 2% en abril y en mayo se espera un 1,9%, es decir por debajo del límite que preocupa a la autoridad monetaria. Sería la primera vez que pasa esa barrera en tres años.

La moderación de la inflación subyacente se debe al efecto de largo recorrido de la caída de la vivienda además del contagio a otros sectores. Esta presión a la baja puede mantenerse porque de momento los productores no pasan a los consumidores ni los aumentos del precio de la energía.

Ahora bien, ¿durante cuánto más se contendrá la inflación? æpermil;ste es el gran dilema de la Fed porque la presión al alza se mantiene. Si la economía sigue creciendo como esperan los analistas y la Fed, el ajustado mercado laboral, con un 4,5% de paro, seguirá presionando al alza los costes de la mano de obra y eso se traslada a la inflación.

Con todo Bernanke cuenta ahora con una ventaja: la subida de los tipos a largo que están haciendo parte de su trabajo. Con las expectativas de mejora de la economía, los mercados dejaron de apostar por una rebaja de los tipos de interés que esperaban para contrarrestar una caída de la vivienda cuyos efectos preveían más drásticos. Como resultado el precio de los bonos del Tesoro a largo cayeron y su rentabilidad subió. En la última reunión de la Fed su rendimiento era del 4,7% y ahora ronda el 5,1%. Esto encarece el crédito por lo que cabe esperar una contención en precios y crecimiento.

En este delicado equilibrio de expectativas en el que se encuentra la Reserva lo que esperan los analistas es que el comunicado de hoy mande el mensaje de que efectivamente los tipos se quedarán en el 5,25% durante meses y que hay una menor preocupación por las presiones al alza de la inflación y a la baja de la economía. Los economistas de UBS creen que los cambios se limitarán a eliminar la palabra 'elevada' para definir la inflación subyacente aunque se seguirá considerando como 'la preocupación predominante'.

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