Las nuevas ricas generan sus propias fortunas
El salario y las inversiones desplazan a las herencias y divorcios como grandes generadores de fortunas
El 53% de los millonarios de Reino Unido, según datos del Centro británico de Investigación Empresarial y Económica, tendrá nombre de mujer en 2020; un 38% de las europeas que invierten en Bolsa dicen sentirse como pez en el agua en entornos financieros; en EE UU el 89% de las empresas presentes en el S&P 500 sientan como mínimo a una señora en su junta directiva, y los salarios son la principal fuente de riqueza para el 75% de las mujeres norteamericanas con fuerte poder adquisitivo. El selecto, y hasta ahora machista club de los multimillonarios, está perdiendo su barniz sexista a marchas forzadas y todo hace indicar que las más ricas del planeta lo dominaran en breve.
Al menos ésa es la impresión que emana del informe Una cuestión de género, dado a conocer ayer por Barclays Wealth y The Economist. Sus conclusiones rebosan piropos dedicados a la inversora: 'Ellas se muestran más cautas que los hombres a la hora de asumir riesgos financieros', cita el estudio. Y añade que la incipiente clase económica que engloba a directivas y millonarias puede caminar con la cabeza bien alta, pues se lo debe todo a su esfuerzo. 'El 89% de las mujeres adquiere riqueza gracias a sus ingresos y negocios en propiedad, seguido del 32,8% que amasan fortuna través de inversiones personales'. Sólo un 24,7% de las 600 grandes fortunas analizadas deben su estatus al matrimonio, un 19,9% reconoce la influencia de una herencia (frente al 10% de los hombres) y el 2,2% maneja varios millones de dólares después de firmar un divorcio con un marido rico.
Para Amy Nauiokas, directora general de Barclays Wealth (entidad que gestiona 184.000 millones de dólares procedentes de grandes fortunas), es hora de aparcar los tópicos y de que las entidades financieras comiencen a explotar lo que considera todo un filón: 'Las vías más tradicionales de hacer fortuna para el género femenino se están quedando a un lado. Aunque no es necesario ofrecer productos y servicios diferentes a las mujeres, es crucial que la industria dedicada a la gestión de grandes patrimonios entienda las motivaciones y las necesidades de la mujer', aconseja.
Una de las características que distingue al sexo cada vez menos débil con las cuentas corrientes en la mano es su carácter cerebral. Ellas tienden a calcular los riesgos hasta el último milímetro, o euro: en los últimos tres años, un mayor número de hombres que de mujeres ha apostado por productos financieros de riesgo como el private equity (15% frente al 7,5%) y los derivados (13% por un 7% de las mujeres consultadas).
Como suele suceder al volante, la mujer echa en cara al inversor masculino que no pregunte antes de decantarse por una dirección para su dinero. 'En general, las mujeres buscan más ayuda a la hora de tomar decisiones sobre sus asuntos económicos y a menudo exigen un nivel de confianza mucho más alto a la hora de dar un paso', aprecia Barclays. Bienes inmobiliarios y valores cotizados en Bolsa son su menú favorito.
Lo que no recoge el banco es la posibilidad de un enfriamineto en el entusiasmo por el ladrillo; de hecho, sigue siendo el vehículo de inversión preferido por las encuestadas de cara a los próximos tres años.
Por zonas geográficas, las estadounidenses, más sofisticadas en la colocación de los ahorros, eligen planes de pensiones, participar en el mercado de valores e invertir en depósitos. De las europeas, sin embargo, destaca su atracción por el arte o las antigüedades.
Rebecca Harding, directora del observatorio de Iniciativa Empresarial del Reino Unido, opina que 'las jóvenes tienden a ser más independientes y avanzan en sus carreras más rápidamente'. Lo que apenas distingue a unos de las otras es el fin por el que trabajan: el motivo más valorado es la seguridad económica en la jubilación; una mejor calidad de vida sería el segundo objetivo más deseado; anticipar la jubilación al máximo es el tercero, y comprar una casa más grande es el cuarto sueño, incluso entre los millonarios.
Millonarias. Herederas y empresarias
Liliane bettencourt 15.560 millones La hija del fundador de L'Oréal, según Forbes, es la mujer más rica.Esther Koplowitz 4.210 millones La primera accionista de FCC encabeza la lista de millonarias españolas.Abigail Johnson 9.775 millones La presidenta de Fidelity controla la firma junto a su familia.Zhang Yin 2.550 millones La mujer más rica de China se dedica al negocio papelero.Susanne Klatteen 7.220 millones Una de las mayores accionistas de BMW y de la química Altana.Oprah Winfrey 1.125 millones La estadounidense es la periodista que ha amasado una mayor fortuna.Charlene de Carvalho 5.415 millones Heredó el 25% de la cervecera Heineken, de la que es consejera.Isabel II 376 millones Figura como la soberana más rica, en dura pugna con Beatriz de Holanda.
¿En que se lo gastan?
Viajar, cenar fuera de casa y acudir a citas culturales son denominador común entre los gustos de hombres y mujeres con gran poder adquisitivo. A partir de ahí vienen las diferencias: al 31% de los ricos (17% en el caso de ellas) les cautiva comprar la mejor entrada del estadio para un evento deportivo, mientras el 37% de las ricas disfrutan cuando van de compras (12% entre los hombres).Las vacaciones y las mejoras en el hogar son los dos puntos prioritarios en la hoja de gastos: un 63% de los hombres y un 59% de la mujeres encuestadas por Barclays gastaron más de 5.000 dólares en sus vacaciones de 2006. La factura en renovar el vestuario femenino también se va por encima de los 5.000 dólares anuales.Ellos deciden en el concesionario, compran más electrónica de consumo y muebles. Ellas son mejores clientas en joyerías y tiendas de vinos. Y ambos empatan en interés por el arte y las antigüedades.Chóferes, cocineros, agentes inmobiliarios, abogados y banqueros privados suelen formar la cohorte que acompaña al adinerado. En el caso de ellas, se rodean de asistentes de moda, estilistas, guardaespaldas y médicos privados.