Tres tintos a precios muy razonables
Un buen vino no tiene que ser caro. Es más, para valorarlo objetivamente hay que situarlo en el contexto de la relación-calidad precio, un parámetro que el aficionado cada vez tiene más en cuenta. Aunque los grandes se cotizan a muchos euros, existen elaboraciones muy conseguidas a precios razonables.
En buena parte son recientes en el mercado, con pocas cosechas a sus espaldas, vinos de carácter moderno que no siempre se acogen a los encorsetados reglamentos de las DO, y se amparan en el cajón de sastre de los Vinos de la Tierra (VT). Es el caso del Infinitus Syrah 2006, una línea de monovarietales puesta en marcha hace tres años en Castilla-La Mancha por las bodegas Martínez Bujanda. Joven, fresco, muy frutal, con toques florales, resulta un tinto amable, fácil de beber, que gusta. Su precio, 4 euros.
También VT de Castilla, Martúe Especial es el niño mimado de Bodegas Martúe, que sólo lo saca al mercado en añadas especiales. Este 2004 es un vino lleno de carácter. De nariz intensa, madura, especiada, muy atractiva, resulta frutal en boca, goloso, largo y con notas de buena crianza. Es un coupage de merlot, syrah y cabernet sauvignon que ha permanecido en roble 14 meses. Los 11 euros que cuesta la botella le hacen, si cabe, más recomendable.
Con la contraetiqueta de la DO Ribera del Duero, el grupo vinícola Marqués de Vargas (La Rioja) sacó el año pasado su primer tinto en tierras del Duero. Conde de San Cristóbal es un vino que en cierta medida rompe los cánones de la Ribera y se aproxima más a un estilo de vino más redondo, que busca la elegancia. Con tempranillo, merlot y cabernet sauvignon y 12 meses de crianza, el 2004 -una añada difícil- presenta una nariz muy agradable, frutada, con especias y ahumados de madera. Fresco, frutal, de tanino pulido en boca, gana en la copa. Precio: 15 euros.