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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La fortaleza de las expectativas

Las correcciones bursátiles de estas dos últimas semanas, iniciadas con un ajuste en las valoraciones de las compañías inmobiliarias, pero que han contagiado también a las empresas que operan actividades aledañas, como las constructoras o los bancos, han desatado las dudas sobre la marcha real de la economía española en los próximos meses. Los inversores han perdido parte de la fe acerca de las expectativas de la actividad, que es lo que a fin de cuentas descuentan los mercados financieros.

Pero todos los datos concretos de las variables más sensibles de la producción, sea el crecimiento económico adelantado por el Banco de España o el marchamo del empleo en los primeros meses del año, no han cambiado ni un ápice el escenario de crecimiento abultado. En Cinco Días hemos preguntado a quienes toman las decisiones diarias de inversión y de generación de empleo para salir de dudas. Y la respuesta es coherente con lo que dicen los indicadores reales: el ciclo alcista de la actividad mantiene la fortaleza.

En la oleada de primavera del Barómetro Empresarial Cinco Días, elaborado por Metroscopia, los empresarios mantienen una perspectiva de futuro de generoso crecimiento, extensible además a todos los sectores económicos. Este tono vital tan positivo se revela en todas las variables del negocio, con una mejora muy apreciable sobre todo en los gestores de empresas industriales, que en oleadas anteriores mostraban una cara más pesimista. De manera general confían en elevar en los próximos meses los proyectos de inversión, sus ventas en el exterior, sus resultados y los efectivos de sus plantillas.

Al sostenido tono de firmeza que ha mostrado la demanda nacional en los últimos años, y que parece no haberse debilitado pese a las sucesivas subidas de tipos de interés que han encarecido la inversión, se suma ahora el combustible que proporciona al motor de la economía la fuerte demanda de los países europeos. La irrupción de Alemania en el club de los países con mayor dinamismo está reactivando las posibilidades de la exportación de las empresas españolas.

El Banco de España destacaba también la semana pasada la contribución que está teniendo a la demanda el comportamiento del empleo, que eleva la renta real agregada, así como la reducción de las retenciones con la aplicación del nuevo Impuesto sobre la Renta y la rebaja de Sociedades. A su juicio, entre ambas variables han neutralizado sobradamente la reducción que podía ejercer la subida de los tipos de interés en la capacidad de compra de los agentes privados, sean empresas u hogares.

Por tanto, en el medio plazo no se vislumbra una quiebra en el crecimiento. El Banco de España advierte, no obstante, que en 2008 seguramente el crecimiento será más modesto que este año (un 3,1%). Y no deberíamos obviar las señales de cierto riesgo que envían los mercados financieros sobre la saturación en la actividad constructora residencial. El modelo debe estar preparado para hacer el relevo con actividades exportadoras y una reanimación de la industria manufacturera, que en la propia respuesta de los empresarios aparece como recuperada tras varios trimestres de crecimientos en la inversión en equipo.

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