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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Adiós, señor Conthe

Lo mejor que puede hacer Manuel Conthe por la independencia de la CNMV es presentar de inmediato su anunciada dimisión. Eso no excluye explicar las razones últimas de ésta y aclarar al detalle sus insinuaciones sobre conflictos entre las normas del mercado y la política industrial del Gobierno, en las opas en torno a Endesa o en cualquier otra circunstancia. Y que lo haga en el Congreso, en una rueda de prensa, en un artículo -para lo que desde este momento tiene abiertas estas páginas- o en el formato que considere más conveniente. Pero el pulso que inició en la Semana Santa el presidente de la CNMV al condicionar su dimisión a una comparecencia previa ante el Congreso para explicarla ha devenido en un chantaje, que al final se ha transformado en esperpento.

El Gobierno le ha retirado la confianza y le ha instado a que renuncie. Y lo recalcó en un foro de máxima audiencia -la SER- y por medio de la primera autoridad económica, quien le eligió para este cargo, Pedro Solbes. Aún más allá, en una decisión sin precedentes el consejo de la CNMV aprobó por mayoría de sus siete miembros -y en presencia de Conthe- un acuerdo en el que hace constar el 'perjuicio' que ocasiona al organismo al condicionar su dimisión 'a procedimientos ajenos a los que rigen la institución'. Una vez más, alguien quiere cambiar las reglas en pleno partido.

Es indiscutible, como resalta el consejo de la CNMV, que la dimisión no consumada de Conthe somete al supervisor a una 'interinidad que compromete gravemente su formal funcionamiento', algo que podría ser utilizado por el Gobierno, forzando la interpretación de la norma, como motivo para destituirle. Pero además se da en el peor de los momentos. Este poco edificante e innecesario vía crucis, sumado a repudiables gestos de intervencionismo con motivo de las opas sobre Endesa, ha llevado a muchos medios internacionales a poner en solfa a España como país seguro para invertir. Conthe atizó más esa confusión al anunciar, sin explicar los motivos y en una declaración en la calle, que pedirá la dimisión del vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas.

Todo esto se produce cuando la CNMV afronta responsabilidades trascendentales, como supervisar la nueva situación sobre Endesa, pero también previsibles operaciones sobre Iberia o Altadis, entre otras, a la vez que se deberá empezar a aplicar la nueva Ley de Opas. De la urgencia de una mejora normativa, a la que debe colaborar la nueva Ley de Defensa de la Competencia, da idea el hecho de que las opas sobre Endesa han puesto en entredicho a la Comisión Nacional de Energía y al Tribunal de la Competencia.

Conthe, defensor de la aplicación racional de la norma, ha improvisado en reiteradas ocasiones en la batalla eléctrica, pero ha sostenido las prácticas de la CNMV con más pasión que ningún otro regulador, pese a sus reiterados excesos verbales. Se equivoca, sin embargo, al creer que esta que definió como 'tensión ocasional' entre el Gobierno y la CNMV puede ser una catarsis fructífera para la confianza en los mercados y atraer más inversiones a España. Es tarea del Gobierno devolver la credibilidad a unos reguladores en espíritu independientes y profesionales. Tiene un modelo en el Banco de España. A ello ayudaría que, como ha dejado entrever el consejo de la CNMV y siguiendo el modelo de la Fed de EE UU, se hagan públicas las actas de las reuniones de estos organismos.

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