En ellas se pueden ver, a la hora de elaborar esta información, decenas de barcos en los atracaderos, las calles atestadas de coches, vecindarios intactos en la cuadrícula urbana... Todo ello congelado en el tiempo, pero en una imagen muy diferente a la que presenta en la actualidad la ciudad, todavía patas arriba después de que el agua y el viento la arrasasen aquél 29 de agosto de 2005.
¿De dónde ha salido la decisión? La alcaldía de Nueva Orleans asegura que está igual de estupefacta que sus -todavía pocos- ciudadanos, y que no ha pedido el cambio. Y desde Google no aclaran mucho más el asunto, y aunque reconocen que la ciudad no les ha pedido el cambio, si recuerdan que la compañía atiende a veces las peticiones de los usuarios... y los gobiernos.
La situación actual de Google contrasta con el éxito que tuvo su servicio de imágenes durante la catástrofe, cuando la compañía actualizaba rápidamente las imágenes de la zona y miles de afectados que habían abandonado la ciudad usaban GMaps para ver cómo había quedado su casa.
Claro que no hay mal que por bien no venga. Hay quienes, como Pete Gerica, un pescador residente en la zona, se han impreso las nuevas-viejas fotos para utilizarlas en la reclamación al seguro por los daños del huracán.