China abre más puertas

Han hecho falta 13 años de discusiones y más de 60 cambios en el contenido, pero China aprobó el viernes por fin una ley que reconoce la propiedad privada. La ley equipara ésta a la propiedad pública y la colectiva y ha sido recibida con entusiasmo en las áreas urbanas y por los nuevos empresarios, aunque con escepticismo en el campo. Lo cierto es que las autoridades pretenden responder a las necesidades del sector privado, que aporta ya la mitad de la riqueza del país, y acercarse a los usos de la economía internacional. Queda muchísimo camino por recorrer, pero ya es algo. Y puede ayudar a equilibrar el descoordinado e inestable crecimiento del país. Lo que no parece tan seguro es que ocurra lo mismo con la decisión de igualar la fiscalidad de las empresas locales y extranjeras, restando el trato favorable que gozaban estas últimas.