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Nerviosismo en los mercados

Ecos del desplome de mayo de 2006

La caída es similar a la de hace un año, pero las causas son distintas

No existen, aparentemente, similitudes entre lo ocurrido ayer y la caída que sufrieron los mercados hace algo menos de un año. Aunque sí que existen coincidencias. Por ejemplo, el Ibex cayó ayer un 3,01%, mientras que el 17 de mayo de 2006 perdió exactamente un 3%. Aquella fecha marca el comienzo de un desplome que se saldó con una caída del 11,5% para el índice MSCI Mundial en el plazo de un mes.

Otra coincidencia es que los descensos, en ambas ocasiones, dan comienzo en los mercados emergentes. Ayer fue el desplome de los mercados chinos lo que sirvió de detonante, aunque no se puede achacar exclusivamente a este acontecimiento el descenso generalizado.

'La complacencia que había en el mercado hasta ayer es similar a la de hace un año', afirma José Ramón Iturriaga, gestor de Abante Asesores. 'El argumento, como entonces, era 'compro porque la Bolsa sube', que es lo peor que se puede hacer'.

Caídas como ésta consiguen poner en primer plano riesgos que estaban ahí pero a los que el mercado no daba importancia. 'Son cosas que aisladamente no deberían haberse tomado tan mal, pero pesan cuando se ponen todas encima de la mesa', continúa Iturriaga. Pero son riesgos que, sin embargo, son hoy algo diferentes a los de hace un año.

'El año puede ser similar, pero esta caída en concreto es más una corrección con una buena excusa', explica Víctor Alvargonzález, director general de Profim, compañía de asesoramiento en fondos. 'En 2005 la principal preocupación era la subida del petróleo, junto al temor a subidas de tipos. Ya estaban altos, y se temían las consecuencias si subían más todavía', añade.

En esta ocasión, no existen riesgos de subidas de tipos, sino más bien al contrario. Tampoco el petróleo está a los niveles de entonces. 'Otra cosa es si las conversaciones con Irán para frenar la proliferación nuclear no llegan a buen puerto', continúa Alvargonzález. 'Eso sí puede afectar gravemente a los mercados'.

Más que por la situación económica en sí, las similitudes con la crisis de mayo de 2006 se encuentran en el repentino aumento de la percepción de riesgo por parte del mercado. 'En nuestra opinión, aquí es donde podemos encontrar similitudes entre lo ocurrido hoy y lo vivido en mayo pasado: los mercados habían corrido mucho (mucho más a día de hoy), existían (y existen) desequilibrios muy importantes en la economía mundial como el doble déficit en EE UU o la deflación asiática, y la percepción del riesgo ha crecido', subraya David Pérez de Albéniz, de Allfunds Bank. 'Cualquier mala noticia puede generar la sensación de que ya ha llegado el momento de vender. Incluso la de ayer, en una economía que no presenta excesivos riesgos como es la china'.

Las señales del mercado previas a la caída sí han sido similares a las de hace un año, desde esa complacencia a la que se refiere Iturriaga hasta el descenso de la volatilidad y de las primas de riesgo a niveles mínimos.

'En ambos momentos llegamos a un suelo de volatilidad que indicaba que iba a comenzar a subir', apunta Alberto Alonso, gestor de renta variable de Inversis Banco. También a juicio de este experto había señales para una corrección en la relación entre las opciones put, de venta, y call, de compra. La ratio put/call había subido, de manera que había casi tres puts compradas en el mercado por cada call, es decir, que había más apuestas por un descenso del mercado que por lo contrario.

Queda por ver cómo reaccionan los inversores en las próximas jornadas. Después del pasado 17 de mayo, la Bolsa subió para volver a caer cuatro o cinco días después, y así dos o tres veces.

'En esta ocasión, la corrección venía siendo largamente anunciada y nuestra sensación es que los gestores la aguantarán porque la perciben como necesaria y sana. Estábamos viendo cómo las compras de protección se incrementaban en las últimas semanas, un dato que apoya nuestra tesis', apunta David Pérez de Albéniz, de Allfunds Bank.

Jornadas que ponen a prueba a los gestores

'Este tipo de jornadas se suelen vivir con algo de nerviosismo porque, de manera natural, el mercado pone a prueba las estrategias de los gestores', relata David Pérez de Albéniz, de Allfunds Bank.En jornadas como la de ayer, en las gestoras de fondos y de carteras se realizan reuniones extraordinarias en las que se analiza la coyuntura por si hubiera que hacer cambios en las carteras. 'Tras la reunión, elaboramos notas informativas para los clientes con recomendaciones si es necesario hacerlas', explica Víctor Alvargonzález, director general de Profim.Son jornadas, éstas, en las que las caídas de la Bolsa se ven acentuadas por los movimientos de carteras que realizan los fondos de alto riesgo y otros productos que tratan de obtener rentabilidades absolutas.'Son momentos en los que los fondos flexibles con objetivos de rentabilidad absoluta tienen que vender mucho, porque si cambia la percepción del mercado tienes que adaptarla enseguida', explica José Ramón Iturriaga, gestor del fondo Okavango Delta de Abante Asesores. 'Estas jornadas te permiten saber quién está aportando realmente valor añadido a su cartera y quién se ha subido al carro y va con el mercado'.En otros fondos, como los que gestionan el riesgo (conocidos como VaR), cuando se rebasan ciertos límites de volatilidad saltan las alarmas y los stop loss, o niveles máximos de pérdidas, y se producen las ventas.'El que tiene un fondo referenciado a un índice no se pone en liquidez porque las últimas subidas y bajadas han demostrado ser muy rápidas, y entrar y salir del fondo drena rentabilidad', explica Jaime de la Fuente, director comercial de Profim. 'Lo que suelen hacer es cubrirse con futuros sobre un índice.'

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