Recetas para el Wall Street del siglo XXI
Nueva York pide cambios en las leyes de inmigración y el buen gobierno, y rebajar los litigios para impulsar el sector
Siendo presidente Dwight Eisenhower, se afirmaba que lo que era bueno para General Motors también lo era para América. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg y el senador por esta ciudad, Charles Schumer, actualizaron ayer el adagio desplazando a la automovilística por el sector financiero e hicieron sonar las alarmas.
La llamada de atención se hizo porque según un estudio pedido a la consultora McKinsey, Wall Street pierde competitividad y puede dejar de ser el líder financiero mundial en 10 años a no ser que haya cambios regulatorios, judiciales y en la política de inmigración. 'Lo último que necesita Nueva York o el país es levantarse una mañana y encontrarse que no somos la capital financiera del mundo', dijo Schumer.
El informe completa otros estudios hechos en los últimos meses, uno de ellos patrocinado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, que atestiguan la fuerte competencia de los mercados de Londres, Dubai y Hong Kong que están haciéndose con cuota de mercado, hasta hace poco tiempo de EE UU. El crecimiento y asentamiento de los mercados emergentes, la mejora de las comunicaciones, la intensificación transfronteriza de los flujos financieros, y la mayor innovación (por ejemplo, en los mercados de derivados) han permitido el despegue de alternativas a Wall Street y EE UU.
El año pasado hubo más salidas a Bolsa en Londres que en Nueva York y los políticos piensan que la caída de las OPV es solo el principio. McKinsey cree que se puede perder entre el 4% y el 7% de los servicios financieros globales en cinco años si no hay cambios.
Estos tienen que empezar, según esta consultora y en sintonía con lo sugerido por la Comisión Paulson, por limitar o eliminar la aplicación de la ley de buen gobierno Sarbox a las empresas extranjeras, además de acotar la interpretación de algunas de sus provisiones. Mckinsey señala la necesidad de simplificar la estructura de los reguladores como en Londres.
Además se sugiere un cambio en la legislación de litigios para evitar que el paso por tribunales sea cierto. 'Se debe limitar la responsabilidad de empresas extranjeras que coticen en EE UU con daños proporcionales a su grado de exposición en este mercado', dice el informe en el que se aboga por más arbitraje.
La recomendación más novedosa se refiere a la de cambios en las leyes de inmigración para tratar de atraer a trabajadores con preparación. La libre circulación en la UE es una ventaja para Londres, según la consultora. Schumer y Bloomberg señalaron que parte del futuro de EE UU depende de ello ya que el sector financiero supone el 8% del PIB del país y 5 de cada 100 americanos trabajan en él. Para siete estados suponen el 10% del PIB y para el de Nueva York el 15%, lo que le convierte en el segundo en importancia tras el inmobiliario. Uno de cada nueve vecinos de Nueva York trabaja en el sector financiero, pero la creación de empleo se ha ralentizado mientras ha crecido en Londres.
'Los servicios financieros fueron la razón de que el Siglo XX fuera el siglo americano y Nueva York la capital del mundo', dijo Bloomberg para acabar proclamando que el XXI debe ser igual.