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Secretos de despacho

Austeridad en Merkamueble

El carácter disciplinado y metódico de Mariano Muñoz, consejero delegado de Merkamueble Europa, la firma que tutela las 60 franquicias de la empresa de muebles en todo el país, se adivina en un primer vistazo a su espartano despacho, ubicado en el parque empresarial de las afueras de Sevilla donde tiene su sede la marca. Los papeles, escasos y perfectamente ordenados, y como único adorno, una flor de Pascua que nos recuerda que estamos en Navidad. Pero ni fotos, ni cuadros, ni ningún otro objeto asume las funciones de personalizar la estancia. Esta austeridad severa también define la cultura empresarial de la firma y lleva la firma del fundador de Merkamueble, el empresario sevillano Francisco León. Nadie en la empresa familiar, por ejemplo, dispone de secretaria personal y todo el mundo se organiza su propia agenda. Los muebles, por supuesto, son de los más funcionales que pueden encontrarse en las tiendas de la red, sin concesiones a la estética.

La política de trabajo duro sin lugar para el lujo le ha dado a la compañía, que ahora prepara su desembarco en Francia, el liderazgo nacional del sector de la distribución de muebles, con unas ventas previstas en 2006 de 450 millones de euros (un 8% más). Mariano Muñoz, economista, llegó a Merkamueble en 1995 procedente de una multinacional financiera y ha pilotado con éxito todo el despliegue español de la cadena, cumpliendo el sueño de reinversión y crecimiento que siempre tuvo el propietario. Ahora, la prioridad es la expansión internacional para amortiguar el escaso crecimiento español del sector, que acusa la poca renta disponible para comprar muebles que dejan las gigantescas hipotecas.

Mariano ha vivido solo desde los diez años y su vida en un internado ha determinado su facilidad para la disciplina personal, que le permite, según dice, ocuparse de lo urgente y también de lo importante. 'Para hacer muchas cosas hay que ser muy organizado', sentencia el directivo, que no sólo planifica cada semana un ajustado planillo personal, sino que lo cumple a rajatabla sin ningún atisbo de estrés. A este respecto, confiesa con pudor que él jamas se ha visto desbordado por sus obligaciones: 'El oficio del directivo es resolver problemas, pero hay que hacer sólo una cosa a la vez y saber delegar'. Sus máximas son la templanza y la flexibilidad y su mayor ejemplo para los demás es que se siente muy feliz en su trabajo. 'Yo trabajo muy intensamente, pero nunca estoy estresado. Es una cuestión de organización y también de espíritu'. Cuando aterrizó en la compañía, procedente de la multinacional Cetelem, aprendió a valorar la agilidad en la toma de decisiones de las empresas más pequeñas. En su caso, desvela, todas las decisiones se toman en equipo y de forma colegiada.

El directivo asegura que las empresas tienen alma, sus valores culturales, y que todo lo demás es imitable por parte de la competencia

Una de las tareas de Mariano Muñoz ha sido transmitir la particular cultura empresarial de Merkamueble, caracterizada por su vocación de servicio al cliente, a todos sus franquiciados. 'Compartimos con ellos unos valores que no pueden imponerse, sino que se pactan por consenso y se refuerzan cada día dedicando mucho esfuerzo a formación', explica el consejero delegado de Merkamueble Europa, que tiene muy clara la naturaleza de la relación que mantiene su empresa con los franquiciados. 'Lo nuestro, añade, no es un ligue, se trata de un matrimonio'.

Este conjunto de valores compartidos, en donde 'la palabra dada vale más que los contratos', es, a su entender, una de las mayores ventajas competitivas de Merkamueble, porque 'las empresas tienen alma y todo lo demás es imitable por parte de los competidores'. Por eso una de sus mayores satisfacciones ha sido renovar por una nueva década los primeros contratos de franquicia después de diez años de trayectoria común.

En cuando al liderazgo que ostenta la marca, admite que se trata de 'una gran responsabilidad que te obliga siempre a dar la talla'. A su juicio, la clave para mantenerlo es la credibilidad ante los clientes, a quienes hay que 'dar siempre lo que se promete'.

Irónicamente, un anuncio de Ikea, su más feroz competidor, vigila las espaldas del directivo al otro lado de la diminuta ventana del despacho.

El arte de encontrar tiempo para todo

Mariano Muñoz trabaja muchas horas, viaja constantemente para visitar a los franquiciados repartidos por todo el país, visita todas las ferias internacionales que puede y todavía le queda tiempo para acudir a cuantos actos sociales reclamen la presencia del empresariado andaluz. Conoce a todo el mundo y hasta se permite el lujo de satisfacer su pasión por el mundo de los negocios ejerciendo de improvisado consultor para sus amigos directivos y colaborando en mil proyectos.Una de sus últimas aventuras en este campo del voluntariado de la gestión de empresas es la creación, junto a otros ejecutivos sevillanos, de una organización no gubernamental que se encargará de ayudar a las ONG humanitarias a llevar sus cuentas en orden. En su faceta más personal, Mariano Muñoz, que es soltero y no tiene hijos, ejerce al máximo su condición de extremeño de la localidad de Siruela, en Badajoz. A su pueblo se escapa siempre que puede para cuidar de su jardín botánico de más de 70 especies de árboles.

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