El impacto de la reforma fiscal
El nuevo IRPF despierta críticas de las patronales Inverco y Unespa. Piden que en el futuro se diferencie rendimiento de aportación en la tributación de pensiones.
La reforma fiscal que entra en vigor a partir del próximo 1 de enero ha dejado un regusto agridulce en la patronal del seguro y de los planes de pensiones, según las conclusiones del desayuno de trabajo organizado recientemente por Banco Madrid y el diario Cinco Días. El nuevo IRPF ha puesto en alerta a todo el sector de la previsión social, el que gestiona los productos de ahorro a los que los ciudadanos encomiendan la prosperidad de su jubilación, ya que elimina la deducción del 40% de la que ahora disfrutan los planes de pensiones que se rescatan en forma de capital y también las deducciones de los seguros de vida, que pierden ventajas respecto al resto de productos de ahorro. A partir de 2007, se hará tabla rasa para todas las ganancias derivadas del ahorro con una tributación común del 18% para depósitos, fondos de inversión, plusvalías de Bolsa y seguros.
En contrapartida, se ha mejorado la fiscalidad de las rentas vitalicias, se han ampliado los límites para las aportaciones a planes de pensiones con derecho a deducción en la declaración de la renta y se ha creado un nuevo producto, el plan individual de ahorro sistemático (PIAS), que aunque no permite la deducción en las aportaciones, sí queda exento de tributación para una inversión superior a los 10 años y que se recupere en forma de renta vitalicia.
Pese a estas novedades, la pérdida de privilegios fiscales en los planes de pensiones y en los seguros de vida tradicionales ha levantado duras críticas en el sector, ya que plantea nuevas situaciones de incertidumbre para estos dos productos. 'No es la reforma que nos habría gustado', reconoció la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, durante su intervención en el citado desayuno, que reunió también al Director General de Seguros y Fondos de pensiones, Ricardo Lozano; a Mariano Rabadán, Presidente de Inverco; a Asunción Bauzá, socia del bufete Cuatrecasas, y que contó además con la presencia de José Miguel López-Frade, Director General de Banco de Madrid, y de Ignacio Herrero, Subdirector de Banca Privada de esta entidad. Como representante de la administración, Ricardo Lozano tuvo que hacer frente en solitario a las críticas a la reforma fiscal del resto de ponentes, que denunciaron de forma unánime la frecuencia con que los distintos gobiernos han modificado la tributación de la previsión social.
Inestabilidad normativa
'La previsión social, llamada a proteger el ahorro estable, está regulada por una normativa inestable. No ha habido un solo año sin cambios en esa normativa', en opinión de Asunción Bauzá, de Cuatrecasas. En defensa de la reforma, Ricardo Lozano argumentó que 'todas las nuevas normativas intentan dar un impulso al sector. Puede haber diferencias pero en el ánimo está esa idea. Hay que desterrar tópicos'.
Uno de estos tópicos es el de que la última reforma del IRPF pueda amenazar la existencia de los seguros de vida, que ahora pierden atractivo como fórmula de ahorro a medio y largo plazo y que deberán afrontar la competencia de los PIAS. Pilar González de Frutos quita hierro a este diagnóstico y asegura que no se trata de una preocupación. 'Cualquier aseguradora de vida es también gestora de pensiones. No se trata de una situación de competencia entre industrias'.
Es más, la presidenta de Unespa defiende las características propias de los seguros de vida, pese a que las distintas normativas hayan equiparado en buena medida sus rasgos a los de los planes de pensiones hasta dar lugar a un 'mestizaje de productos', en palabras de Asunción Bauzá. Es decir, un terreno común de productos de ahorro cautivo, que se rescata en el momento de la jubilación, y de inversión a largo plazo. 'En una situación de monoproducto de ahorro previsión, si éste no iba bien nos quedábamos sin nada, sin otra opción. Eso es lo que ha impulsado productos alternativos con la misma finalidad pero no con las mismas características', defendía Pilar González de Frutos, recordando el periodo en que ocupó la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Así, hasta el momento han compartido el pastel de ahorro previsión los seguros de vida, los planes de pensiones y, en mucha menor medida, los planes de previsión asegurados (PPA), con las mismas ventajas fiscales que el plan de pensiones, y a los que también se sumarán en 2007 los PIAS, o planes individuales de ahorro sistemático. 'El PPA es un seguro, aunque la denominación de plan lleva a confusión', advierte Asunción Bauzá.
La reforma fiscal amplía las ofertas disponibles en el ahorro destinado a la jubilación, un factor que, sumado a los últimos cambios en la fiscalidad de pensiones y seguros, los productos de mayor arraigo, ha elevado la confusión entre la clientela bancaria. 'Los clientes se preguntan para qué tomar decisiones si se cambian las reglas de juego', señala Ignacio Herrero.
Separar prestación de aportación
En cualquier caso, y más allá de los desafíos que plantea la reforma fiscal para el seguro de vida, la crítica más encendida se centra en la eliminación de la deducción del 40% sobre los rendimientos de los planes de pensiones que se rescatan en forma de capital. Ricardo Lozano reivindica su desaparición como la fórmula con la que garantizar la neutralidad fiscal del producto, que iguala así su tributación al rescate en forma de renta, una fórmula que a ojos de la administración asegura en mayor medida que el ahorro depositado en un plan de pensiones va dirigido a complementar la pensión pública y no se emplea para aprovechar únicamente sus ventajas fiscales.
Por el contrario, las entidades gestoras recalcan que las ganancias obtenidas en un plan de pensiones tributan como rendimientos del trabajo y por tanto se gravan al tipo marginal del contribuyente, ya jubilado, que oscila en la nueva normativa entre el 24% y el 43%. Las plusvalías en pensiones se desmarcan así del tratamiento que se da en el nuevo IRPF al resto de ganancias del ahorro, que tributan al 18%.
'Es el único producto gravado al tipo marginal', advierte Ignacio Herrero, subdirector de Banca Privada de Banco Madrid. Mariano Rabadán, presidente de Inverco, hace hincapié en que el diferimiento de la tributación en los planes de pensiones, que se aplaza al momento del rescate del producto, 'no significa ninguna renuncia al pago de impuestos'. Las aportaciones a planes de pensiones sirven para ir rebajando año tras año la factura fiscal, gracias a las deducciones que permiten sobre la base imponible. Pero Hacienda espera siempre al final del camino.
Asumiendo que la pérdida de la deducción del 40% en los rescates en forma de capital ya es irreversible con la nueva ley, Rabadán propone una fórmula intermedia. 'No se trata de recuperar el 40% de la deducción sino de separar lo que supone el diferimiento tributario de los rendimientos. De establecer un mecanismo de separación entre las aportaciones y las ganancias, que no tiene ninguna dificultad técnica. En algún momento se tendrá esto en consideración'. Es decir, las aportaciones acumuladas en el momento del rescate del plan tributarían al tipo marginal, como rendimientos del trabajo, mientras que las ganancias derivadas de esas aportaciones lo harían de forma separada, al 18%.
'No defiendo la prestación en forma de capital pero hay que preguntarse si el plan de pensiones es un salario diferido o un producto financiero', puntualiza Pilar González de Frutos, que recuerda que la propuesta de separar la fiscalidad de aportaciones y rendimientos en el momento del rescate ya fue escuchada sin éxito durante la tramitación parlamentaria de la ley de reforma del IPRF.
La nueva normativa fiscal apuesta claramente por las rentas vitalicias, ya sea a través de seguros o de planes de pensiones. 'Es importante el esfuerzo fiscal que se hace en las rentas, es la línea de futuro. Pero en este país no hay tradición de comercializar este producto', advierte la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos. Asunción Bauzá, socia de Cuatrecasas, explica que 'los clientes están acostumbrados a recibir de forma constante la pensión de la Seguridad Social. La forma natural de cobro de la pensión privada debe ser la renta vitalicia'.
La nueva norma no reducirá las aportaciones
Los planes de pensiones no han sentido de momento la nueva normativa fiscal en materia de aportaciones, aunque hay que tener en cuenta que lo aportado este año todavía se beneficiará de la deducción del 40% si se rescata en forma de capital. 'La ventaja fiscal es clave, como lo demuestra la estacionalización de las aportaciones', señala José Miguel López-Frade, director general de Banco Madrid. Los expertos consideran, no obstante, que la nueva norma fiscal no debería afectar al sector. 'No incidirá en el ritmo de aportaciones', sostiene Pilar González de Frutos. 'En realidad, los mensajes que llegan a los ahorradores crean una sensibilidad especial más allá de los efectos reales de la nueva normativa'.Ignacio Herrero, subdirector de Banca Privada de Banco Madrid, recuerda, sin embargo, que el ritmo de aportaciones está siendo más lento. Para Mariano Rabadán, presidente de Inverco, la nueva ley no debería cambiar el sector, porque no sale perjudicado. 'Va a haber mayor regularidad en aportaciones', vaticina.La estacionalidad de las aportaciones es otro asunto que preocupa al sector. Es decir, que el grueso de las mismas se concentra al final de año, porque es el momento en que las familias ajustan su factura fiscal. 'No creo que eso sea tan negativo', sostiene Ricardo Lozano, director general de Seguros y Fondos de Pensiones. 'Creo que es una solución práctica para muchas familias. Lo importante es que se produzcan'.Rabadán hace una matización: 'Las aportaciones de final de año no son puntuales. Son sistemáticas, pero se producen al final de año'.