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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Confianza para encarar 2007

Una economía que afronta su decimocuarto ejercicio consecutivo de crecimiento, con las cuentas públicas saneadas, la inflación en el camino de la moderación y un mercado laboral en franco crecimiento, sustentado por resultados empresariales sólidos y en crecimiento récord, dibujan un cuadro para 2007 que invita al optimismo en España. Y más si se añaden las perspectivas de recuperación europea, donde están nuestros principales clientes, mientras las expectativas de alzas de tipos de interés parecen amortiguarse. En ese entorno, 2006 va a pasar a la historia como un hito en la Bolsa española. Los movimientos empresariales, los buenos resultados y el buen clima macroeconómico general han hecho que el Ibex pulverice récords -el índice y la contratación-, y supere en crecimiento a los otros grandes mercados del mundo.

La evolución del Ibex, concretada en una ganancia de más del 34% en el año, completa una subida en bloque de cuatro ejercicios consecutivos. ¿Es sostenible este crecimiento en 2007? El consenso del mercado es que la tendencia seguirá, pero más moderada y con mayor volatilidad. La razón es que las valoraciones están más altas que en otros mercados, especialmente en ciertos sectores. De ahí que las apuestas de las carteras se dirijan a pesos pesados como la banca y Telefónica, mientras pierden gas las eléctricas, las inmobiliarias o las constructoras y el foco se traslada a Europa. En opinión de los expertos, las Bolsas europeas ofrecen más opciones que la española y cosecharán mejores rendimientos. Pero hay que recordar dos cosas: primera, que en términos históricos el mercado español ofrece aún precios atractivos, y segunda, que la evolución en 2006 ha sido extraordinariamente más satisfactoria de lo que el mercado consensuaba hace ahora un año.

Además, los beneficios de las empresas -que deberían superar los dos dígitos-, favorecerán la continuidad de los movimientos corporativos, lo que unido al paracaídas que es la enorme liquidez juega frente al sentimiento de que la Bolsa no está barata. Es difícil que 2007 replique el extraordinario año que termina ahora (el Ibex marcó el viernes su nuevo récord, 14.387,6 puntos), y las metas son menos ambiciosas, pero hay razones profundas para pensar que, en ausencia de choques negativos, el alza continuará.

Que no haya demasiadas alternativas de inversión y que la aversión al riesgo en la renta variable siga siendo moderada, juega, sin embargo, a favor de los mercados emergentes. En este sentido, India, China y Rusia se consolidan como focos de inversión y, en el área latinoamericana, Brasil y México. Las buenas perspectivas de América Latina, que afronta su cuarto año seguido de crecimiento -tercero por encima del 4%- es otra buena noticia, en este caso doble, para los inversores: como objetivo y por los importantes intereses de las empresas españolas en la zona.

Detrás de la fortaleza de la Bolsa está también la ausencia de riesgos evidentes a corto plazo. Es lo que, junto al buen entorno macroeconómico -el FMI asegura que el crecimiento mundial sigue su impulso- y la confianza de los consumidores, que ha impulsado también al Dow Jones a niveles récord, permite afrontar 2007 con confianza. No hay prisa para los temores.

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