Los grandes modistos apuestan por el hombre
'El hombre ha despertado como un consumidor al que le interesan algo más que los coches y el arte'. La afirmación, vertida en un congreso sobre moda celebrado en Estambul, gana peso en boca de una de una de las voces más autorizadas del mundo del diseño, la del modisto estadounidense Tom Ford. Esta figura cree que los varones 'se están haciendo más femeninos en el sentido de que gozan cada vez más haciendo compras e incluso viajando para conocer las últimas tendencias'.
Quien fue capaz de revitalizar la marca Gucci a base de colecciones femeninas, vuelve a la carga tras dos años de letargo y lo hará con una propuesta de ropa masculina. Su lanzamiento irá acompañado de la apertura de una tienda en Nueva York en 2007.
El socio de Ford en su nueva andadura es Ermenegildo Zegna, propietario del mayor grupo del mundo de moda de lujo para hombres.
El propio Zegna destaca que el segmento masculino es el de mayor crecimiento en el negocio del buen vestir y adelanta que 'muchos minoristas esperan la colección de Ford para comprar'. El empresario asegura que tras el nuevo establecimiento de Nueva York vendrán otros dedicados sólo a ellos.
Desde que Ford dejara la casa Gucci en 2004 su nombre apenas se ha visto relacionado con una línea de gafas de sol o con alguna fragancia. Su alianza con Zegna, por tanto, es valorada como un gran relanzamiento.
El desencuentro entre el diseñador texano y Gucci proporcionó una de las mayores polémicas vividas en la industria en los últimos años. Y es que su anterior jefe, Francois-Henri Pinault, no tuvo ningún reparo a la hora de mostrar la puerta a su empleado estrella.