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Autopistas

Autostrade presiona al Gobierno italiano para salvar la unión con Abertis

El grupo de autopistas controlado por los Benetton, Autostrade, sorprendió ayer al anunciar que Abertis duda sobre seguir adelante con una fusión. Apeló así al fantasma de un comprador hostil si la empresa española se retira con el fin de dar un ultimátum al Gobierno de Romano Prodi para que éste despeje la operación. Mientras, Abertis insiste en que trabaja para cerrarla, pero, como máximo, tiene dos meses más.

El tiempo apremia para lograr una fusión entre Abertis y Autostrade con efecto desde principios de 2007. Consciente de que cada vez hay menos plazo para que el Gobierno de Prodi renuncie a entorpecer la operación, el grupo de autopistas controlado por los Benetton lanzó ayer una amenaza en toda regla. El consejero delegado de Autostrade, Giovanni Castelluci, afirmó que 'Abertis cree que la situación en Italia no es de las más favorables y se está pensando si seguir adelante con el proceso de fusión'.

Inmediatamente, el grupo español controlado por ACS y La Caixa se apresuró a matizar que sigue 'trabajando con Autostrade por que la operación sea posible en los mismos términos en que la aprobaron las juntas de accionistas'. Las dos empresas van codo con codo en cualquier paso que dan desde que decidieron su unión el pasado abril, por lo que no cabría interpretar las dos posturas mostradas ayer como una descoordinación, sino como un intento de lanzar el mismo mensaje de dos formas diferentes. Como muestra, fuentes de Abertis insistieron ayer en que la compañía sigue dispuesta a esta fusión por absorción para crear el primer grupo mundial de autopistas pero no con el actual entorno normativo en Italia.

Con su amenaza, el grupo de los Benetton quiso sacar de nuevo a escena el fantasma de una compra hostil por parte de otra empresa extranjera si Abertis renuncia. Es uno de los mensajes que la italiana ha transmitido al Ejecutivo desde que éste tomó posesión y se opuso al matrimonio de las concesionarias. Prodi, además, está presionado por Bruselas, que le ha abierto expediente por vetar esta unión.

Para que el grupo que dirige Salvador Alemany mantenga la operación, Roma tiene que cambiar una disposición normativa que revisará los contratos de todas las concesionarias. Esto pondría en riesgo el volumen de ingresos futuros de Autostrade, además de obligar a cambiar el canje ya aprobado en la fusión (1,05 títulos de la española por uno de la italiana). Fuentes de la compañía catalana reconocen que el tiempo se acaba y apuntan a unos dos meses más para rubricar la fusión.

Este plazo se vio confirmado poco después cuando trascendió que el consejo de Autostrade estudia si retrasa el plazo límite para la planeada fusión más allá de fin de año, hasta febrero, según dijeron a Reuters fuentes cercanas a la concesionaria italiana. El próximo día 7 está prevista una reunión del máximo órgano de administración de la empresa, en el que está presente Alemany.

En cualquier caso, este mes se prevé clave para la mayor fusión del sector de autopistas. El miércoles, un tribunal administrativo de Roma decidirá si admite o no a trámite la denuncia que presentó hace dos meses Autostrade contra el veto a la operación decretado por la agencia estatal de carreteras, Anas. Este organismo es el brazo que ha utilizado el ministro de Infraestructuras, Antonio di Pietro, para bloquear la unión.

Antes de fin de año, además, el Gobierno tiene que dar luz verde a la nueva ley presupuestaria en la que puede decidir suavizar los cambios que afectarían a la fusión Abertis-Autostrade. Es la última baza porque el Senado ya ha ratificado la modificación del marco normativo por el que impone 'unilateralmente', critican las compañías, otros criterios para las tarifas según las inversiones que realicen. La asociación de concesionarias tacha de 'maquillaje' los retoques hechos hasta ahora.

Batacazo en Bolsa y dividendo en el aire

El mercado italiano castigó a Autostrade ante la posibilidad de que Abertis renuncie a la fusión por absorción. El grupo de autopistas controlado por la familia Benetton llegó a caer un 2% horas después de trascender el mensaje del consejero delegado, Giovanni Castelluci. Aunque finalmente cerró la sesión con un retroceso del 0,59%, hasta 23,59 euros por título.La reacción en España fue la contraria. La Bolsa interpretó como positiva una eventual retirada del grupo de autopistas de ACS y La Caixa, dadas las incertidumbres legislativas que aún pesan para el negocio en Italia. Así, Abertis acabó la sesión con un alza del 2,34%, hasta 21,43 euros.Tras la polémica desatada ayer sobre la unión Abertis-Autostrade, queda ahora en el aire que la concesionaria italiana apruebe el dividendo extraordinario planeado como consecuencia de esta operación. Son 2.144 millones que se acordaron en abril pasado, cuando las dos compañías admitieron sus planes de fusión, y que deben ser refrendados en la junta extraordinaria que Autostrade celebrará el próximo día 13.Si el dividendo, que serviría para ajustar el canje entre ambas compañías, no se aprueba, se caería uno de los puntos aprobados en el esquema inicial del proyecto. Puede ser una señal sobre el futuro de la operación.

Cambios posibles

Una vez que el Gobierno italiano levantó el límite de los derechos de voto a ACS, que tendrá el 12,5% en la compañía fusionada, queda el obstáculo del nuevo marco legislativo para los contratos de Autostrade. Prodi aún tiene margen para enmendar en la norma.

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