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Tribuna
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Las elecciones en EE UU

En estos momentos esta teniendo lugar en EE UU la campaña electoral para las elecciones legislativas de noviembre. En ellas se van a elegir a todos los representantes de la Cámara Baja y a 33 del Senado. Estas elecciones marcaran la recta final del mandato del presidente Bush, que expira en enero de 2009. El Partido Republicano, que tiene la mayoría desde 1994, corre el riesgo de perderla según las últimas encuestas. Para tomar el control de ambas cámaras el Partido Demócrata tiene que recuperar 15 de los 435 escaños que están en juego en la Cámara Baja y 6 de los 33 del Senado.

Una derrota supondría un varapalo para Bush y pondría no sólo en peligro su agenda legislativa, sino sobre todo su legado presidencial ya que los demócratas están amenazando si ganan con organizar comisiones de investigación para examinar algunas de las acciones más polémicas del presidente, y algunos incluso llaman a iniciar un procedimiento de destitución contra Bush por las mentiras sobre la guerra de Irak. El país esta polarizado y por ello se espera que haya mayor participación en estos comicios.

La campaña esta marcada por tres temas fundamentales: la lucha contra el terrorismo, la guerra de Irak, y la economía. Pese a lo sobresaliente de estos temas, los votantes estadounidenses están desilusionados y, según las encuestas, hay un ambiente generalizado de escepticismo y cinismo: más de dos tercios de los encuestados desaprueban la labor del Congreso saliente (lo llaman 'el Congreso que no hace nada') y consideran que el país marcha en la dirección equivocada.

La economía es, junto a la lucha contra el terrorismo y la guerra de Irak, el principal tema de la campaña

Los observadores atribuyen esta situación al ambiente tóxico que se respira por la creciente polarización y falta de civismo entre los políticos, que están cada vez más divididos por barreras partidistas que dificultan el consenso. La guerra de Irak ha contribuido marcadamente a empeorar este clima y a la baja popularidad de Bush (sólo un 40% de los encuestados aprueban su gestión).

Esta polarización viene influida también por el temor de los políticos a perder, ya que hay muy pocos distritos realmente competidos: en las anteriores elecciones de 2004 sólo hubo cambios en un 2% de los escaños de la Cámara Baja. Este es el resultado de dos factores: el aumento constante del coste de las campañas electorales, que favorece a los candidatos que tienen más fácil recaudar fondos, y la delineación geográfica de estos distritos (llamada gerrymandering).

Este es un proceso marcadamente político en el que comisiones nombradas por los partidos tratan de construir distritos que les sean favorables, lo cual también otorga grandes ventajas. Esto hace que la verdadera competición tenga lugar en las primarias para elegir a los candidatos. Sin embargo en las primarias participan fundamentalmente los afiliados y los activistas de los partidos que suelen ser más conservadores o progresistas, lo cual favorece a los candidatos menos moderados y aumenta la polarización.

En un contexto en el que los mecanismos institucionales protegen a las minorías (sobre todo en el Senado) una de las consecuencias de esta polarización ha sido la incapacidad del Congreso de aprobar legislación en temas claves como la inmigración, la reforma de la seguridad social y la sanidad, o la energía.

Pese a todo el Partido Republicano está tratando de jugar dos cartas: trata de enfatizar, una vez más, que el país está mucho más seguro en manos republicanas y explota la reputación de débiles en materia de seguridad nacional de los demócratas acusándoles repetidamente de querer huir de Irak ('cut and run') sin completar la misión. Además resaltan la situación de bonanza económica y prosperidad del país.

Sin embargo la percepción sobre la situación económica es la gran incógnita. Por un lado la economía esta creciendo aunque menos que en años anteriores (en el segundo trimestre creció un 2,5%), el desempleo continua bajo (alrededor del 5%), y las presiones inflacionistas han disminuido por la caída de los precios de la gasolina (un 20% en menos de un mes). Por el otro, se esta produciendo una desaceleración marcada en el sector inmobiliario (con precios cayendo en algunos mercados más de un 6%), que esta influyendo en la demanda y el consumo, y los beneficios del crecimiento no se están distribuyendo (según los últimos datos disponibles de 2004 cuando la economía creció un 4,2%, los ingresos medios de las familias cayeron y el número de personas sin seguro médico aumentó).

El ambiente antiincumbente que parece prevalecer por todo el país favorecería a los demócratas, que parecen mucho más motivados para ir a votar que los republicanos, quienes se sienten defraudados por el fracaso de Bush en Irak y por su incapacidad de cumplir sus principales promesas de reformas en inmigración, sanidad, y pensiones. Sin embargo, la incapacidad de los demócratas de presentar una alternativa coherente a los retos del país, incluido Irak, puede jugar en su contra el día de las elecciones.

Sebastián Royo.Decano de la Universidad de Suffolk en Boston, director de su campus en Madrid, y codirector del seminario de Estudios Ibéricos del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard

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