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Grandes fortunas

Las nuevas caras del ladrillo español

Muchos de ellos poseen avión privado; conducen (o lo hacen por ellos) lujosos automóviles y yates y tienen colgados en sus casas obras de arte que bien podrían decorar las salas de grandes museos. Son las nuevas caras del sector inmobiliario español cuyo auge en los últimos años ha hecho millonarios a los que supieron en su momento apostar por el ladrillo y sortear la crisis sufrida por el sector a principios de los años noventa, tras celebrarse en España los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal, en 1992.

La subida de precios de los inmuebles, los bajos tipos de interés y el crecimiento de la economía española son los factores principales que han permitido la explosión del sector inmobiliario español. Ahora éste compite con el sector turístico por convertirse en el motor de la economía española. Una posible caída de precios o las sospechas vertidas sobre el sector tras los escándalos conocidos en Marbella amenazan su posición.

Pero esto último no puede desmerecer el trabajo de los empresarios que han llevado a las inmobiliarias españolas a reinar en el sector europeo y pensar que simplemente ha sido el aumento de los precios de los inmuebles lo que ha permitido su explosión. Al contrario que otras industrias españolas, más timoratas a la hora de invertir en el extranjero, las inmobiliarias españolas han llevado a cabo una expansión internacional que ha dejado boquiabiertos a más de uno en países como Francia, Alemania o de Europa del Este.

Francia es ahora el segundo mercado inmobiliario español

Francia es ahora el segundo mercado inmobiliario español. 'Un español loco me ha ofrecido el doble de lo que vale Gecina, por eso he vendido', explicó el presidente de la inmobiliaria francesa el pasado año al ser esta comprada por Metrovacesa, cuentan fuentes cercanas a Joaquín Rivero, presidente de la inmobiliaria española. 'He pagado la mitad de lo que vale Gecina, por eso la he comprado' respondió después Joaquín Rivero. Hoy Metrovacesa, con cerca del 70% de Gecina, es la primera inmobiliaria de la zona euro y su valor en Bolsa ha llegado a superar los 10.000 millones de euros.

Colonial fue la primera inmobiliaria española que se atrevió con el mercado francés con la compra de la patrimonialista Société Foncière Lyonna. Ahora Colonial está controlada por el empresario sevillano Luis Portillo y posiblemente este año el mismo Portillo culmine la compra del 100% de la empresa francesa. Y tras esa operación, según han contado sus responsables, Colonial buscará negocio en Alemania o Reino Unido. La empresa competirá con Metrovacesa por ser la primera inmobiliaria europea. Otras firmas españolas como Realia, Fadesa y el grupo Lar también tienen el control de otras compañías francesas del sector.

Europa del Este es el siguiente mercado en importancia para las inmobiliarias españolas, que han comprado millones de metros cuadrados de suelo en Polonia, Rumanía y Hungría, principalmente.

La salida al exterior de las inmobiliarias españolas será fundamental para que éstas puedan soportar una previsible caída del sector en España. Las subidas de los precios de los inmuebles comienzan a disminuir (este año posiblemente la subida no alcance el 10%) y los tiempos de decisión de compra se han ampliado. Igualmente, una subida de tipos de interés en Europa o un aumento del paro en España influirían muy negativamente en las expectativas del sector.

Queda por ver si las grandes empresas del ladrillo españolas son capaces de no morir de éxito. Las peleas internas, como la vivida por el control de Metrovacesa pueden alentar a otras inmobiliarias extranjeras, especialmente las anglosajonas, a aprovechar el desencuentro para hacerse con ellas.

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