Bruselas quiere acabar con el comercio de productos derivados de la foca
La Eurocámara ha aprobado una declaración escrita para reclamar a la Comisión Europea que prepare de inmediato una regulación con el fin de prohibir la comercialización, importación y exportación de todos los productos derivados de la foca.
Han firmado esta demanda 373 eurodiputados, más de la mitad de los parlamentarios, y fue promovida por el sueco Carl Schlyter (Los Verdes), la británica Caroline Lucas, del mismo grupo, el portugués Paulo Casaca (socialistas) y el alemán Karl-Heinz Florenz (populares).
El Parlamento afirma que un millón y medio de crías de focas han sido sacrificadas en el Atlántico Noroeste en los últimos cuatro años y la mayoría de estos animales tenía menos de tres meses. La última vez que se alcanzaron estas cifras de capturas, en los años 50 ó 60, la población de focas se redujo dos tercios.
La declaración de la Eurocámara resalta también que la importación de artículos con pieles de foca se prohibió en la UE en 1983, pero aún entran estos productos a los países comunitarios.
Los eurodiputados han subrayado que países como Bélgica, Luxemburgo e Italia han dado pasos para vetar los productos de foca, mientras que Estados Unidos, México y Croacia lo han prohibido.
Según los datos aportados por el Parlamento, los cazadores reciben menos del 5% de sus ingresos por esta actividad, que solamente da trabajo unos pocos días al año, y, añade el informe, al 42% de los animales sacrificados se les quitó la piel cuando aún estaban conscientes.
La Eurocámara ha recordado que el Consejo de Europa está considerando una resolución para pedir que se prohíban los derivados de foca. Según el texto del PE, una regulación para impedir el comercio de esos productos en la UE no debería tener un impacto en los cazadores tradicionales de las poblaciones indígenas del Artico, porque solamente representan el 3% de las capturas.
El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, en inglés) ha valorado, en un comunicado, el informe del PE y lo calificó como "un paso vital" para terminar la caza "cruel" de focas en Canadá.