El BCE, la inflación y la deuda
El BCE acelera. La semana pasada subió los tipos de interés al 3% (...). Jean-Claude Trichet, el presidente de la entidad emisora, ha dejado claro que seguirá el alza si la reanudación del crecimiento se confirma (...). En la zona euro, los precios al consumo progresan en torno al 2,5% (...). Sin la gasolina y el gas, la inflación se limitaría al 1,8%. Pero los precios de la energía aumentan más despacio (...). Las razones de este endurecimiento monetario practicado por el BCE están en otra parte (...).
Trichet tiene dos motivos de preocupación. El primero, es que el crecimiento de los precios del petróleo se difunde poco a poco en todo el engranaje de la economía (...). Pero la correa de transmisión de los precios, de la producción al consumo, la ha roto un fortalecimiento brutal de la competencia (...).
La segunda fuente de preocupación es más relevante: se trata del auge del crédito (...). El BCE quiere frenar el crédito. Pero esa voluntad tiene al menos dos problemas. Por un lado, quiere actuar de forma implícita sobre 'la inflación de los activos', un ámbito en el que a los bancos centrales les cuesta mucho actuar (...). Por otro lado, se arriesga a romper el boom inmobilario, que constituye el principal motor de crecimiento europeo.