Zardoya Otis se mantiene en España 'gracias a la investigación'
El director general de Zardoya Otis, Pedro Sainz de Baranda, admite que 'no fue fácil' mantener la fábrica de ascensores de la compañía en España, pese a liderar el negocio nacional de transporte vertical. La capacidad de innovación de su centro de ingeniería en Madrid, asegura, ha sido decisiva para que la matriz optara por invertir 40 millones en una nueva planta en el parque tecnológico de Leganés.
La vieja fábrica de ascensores de Zardoya Otis en Méndez Álvaro, una zona relativamente céntrica de la capital, cerrará en 2009, pero la planta de producción y el centro de ingeniería (uno de los seis que posee la multinacional norteamericana Otis Elevators) se trasladarán al nuevo parque tecnológico de Leganés. Pedro Sainz de Baranda espera encontrar allí las 'condiciones idóneas' para desarrollar lo que considera el principal activo de la empresa y el principal motivo de su permanencia en España: su capacidad de investigación y desarrollo.
'Ya no se puede competir en mano de obra barata', recuerda, 'así que hay que desarrollar capacidades específicas que generen valor añadido'. En este aspecto, el director general parece moderadamente satisfecho: 'Es un hecho objetivo que en España se invierte menos en I+D que en los países del norte, pero nosotros le dedicamos aproximadamente un 3 %, lo que no está nada mal.' Es más, esa inversión le parece decisiva: 'El centro de ingeniería de Madrid se ha especializado en sistemas de tracción, de propulsión y de elementos de seguridad y ha diseñado íntegramente el nuevo ascensor GeN2'. Sainz de Baranda cree que ésta ha sido la clave, junto con el dinamismo del mercado español -que representa cerca de un 8% del total de actividades de Otis Elevators en el mundo y más del 60% del área mediterránea-, para que su compañía se haya convertido en todo un 'ejemplo de no deslocalización'.
El nuevo modelo Otis GeN2Comfort es la niña de los ojos de Sainz de Baranda, quien participó en calidad de ingeniero principal del centro de ingeniería de Otis en Estados Unidos en la creación del concepto de cintas planas que el nuevo ascensor incorpora en sustitución de los tradicionales cables de acero.
Esa tecnología, patentada en 2000 por Otis Elevators, supone, en opinión del directivo asturiano, 'la reinvención del ascensor' en sintonía con el objetivo de ahorro energético que marcan los nuevos tiempos o, por lo menos, el Protocolo de Kioto.
El nuevo invento permite un ahorro de entre el 40% y el 70 % de energía con respecto a la anterior generación de ascensores.