El cauto optimismo hacia China
El creciente papel que está adquiriendo China en el mundo está dando lugar a lo que algunos estrategas definen como el reequilibrio de la economía mundial. Es decir, que frente a la preponderancia estadounidense de las últimas décadas, está naciendo un nuevo poder económico en el este capaz de desafiar el liderazgo norteamericano en las finanzas mundiales. No es cosa, obviamente, de un día para otro, pero son muchos los que opinan que China podría convertirse en la próxima potencia mundial en 20, 30 o 40 años.
Su influencia a nivel global ya se deja sentir. China es culpable, en buena medida, de la subida del precio de las materias primas en los últimos meses, incluido el petróleo. Su ritmo de crecimiento es de tal magnitud que está generando una demanda desmesurada a nivel global de la que se benefician numerosas economías, principalmente emergentes.
Por eso ha generado cierta inquietud la intención del Gobierno chino de frenar o decelerar la locomotora económica del país para evitar su sobrecalentamiento. El impacto que puede tener sobre el mercado de materias primas es considerable, como también sobre aquellas economías cuyas exportaciones se han estado canalizando hacia el gigante asiático.
Un informe de HSBC subraya el alentador futuro de la economía china y, en especial, de sus mercados. 'No compartimos la visión pesimista de algunos analistas', afirman. 'Nuestro cauto optimismo reside en el crecimiento robusto de China, en el buen momento de beneficios y en las aún más atractivas valoraciones'. HSBC no descarta cierta volatilidad en los mercados en los próximos meses, pero apuesta decididamente por el país.
No hace mucho, una gestora de fondos hongkonguesa, de paso por Madrid, contestaba así a una pregunta sobre el impacto de la desaceleración en China: 'Bueno, sí, habrá desaceleración, pero estamos hablando de una economía que seguirá creciendo un 9% anual'. mrodriguez@cincodias.es