Zapatero abre el diálogo con ETA
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer el inicio del diálogo con ETA, que se enmarcará en el 'respeto a la Constitución'. Zapatero solicitó la colaboración de todos los partidos para buscar 'un gran acuerdo político' en Euskadi.
El Gobierno va a iniciar un diálogo con ETA, manteniendo el principio irrenunciable de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular'. Con estas palabras realizó Zapatero en el edificio del Congreso un anuncio esperado desde hace semanas: la apertura de una nueva fase en el proceso de pacificación de Euskadi, una vez que el Ejecutivo considera probada la voluntad de la banda terrorista de dejar las armas.
En una sala aneja al pleno del Congreso, en pie entre dos banderas de España y un ejemplar de la Constitución de 1812 (primera experiencia democrática del país), Zapatero dejó claro que no habrá precio político a cambio de la paz, y situó cualquier negociación en el marco de la legalidad vigente, derivada de la Constitución de 1978.
El presidente recordó que Euskadi disfruta hoy del mayor nivel de autonomía de su historia, gracias al Estatuto de Guernica que se dieron los vascos y a la Constitución de la que se deriva. 'Algunos nunca aceptaron la voluntad democrática de los vascos', afirmó. 'Ahora tenemos una oportunidad para que eso cambie', explicó, antes de aclarar que la Ley de Partidos seguirá vigente. En consecuencia, Batasuna, u otra agrupación que aglutine a sus bases, tendrá que condenar la violencia si quiere participar en las elecciones municipales de mayo del año que viene.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunió antes de la declaración de Zapatero con los portavoces de todas las fuerzas políticas para explicarles el inicio de las conversaciones con ETA. Todos, salvo el Partido Popular, apoyaron al Ejecutivo. Después, hacia las dos de la tarde, el presidente del Gobierno hizo su declaración pública ante los medios de comunicación.
Con tono solemne y vestido de gris oscuro, Zapatero afirmó que el proceso abierto ayer se llevará a cabo 'respetando siempre, siempre la memoria de las víctimas'. Una amplia representación de éstas, integradas en la Asociación de Víctimas del Terrorismo, rechazan cualquier negociación y se han manifestado contra la política gubernamental.
Zapatero expresó su reconocimiento a las fuerzas de seguridad del Estado y a quienes, como Felipe González o José María Aznar, buscaron antes la paz 'desde el respeto a la legalidad'. Lo singular de la situación actual es que por primera vez, ETA habló el 23 de marzo de 'alto el fuego permanente', y lleva tres años sin matar. Además, 'ha cesado casi todas sus acciones', lo que permite al Gobierno hacer uso de la potestad que le otorgó hace un año el Congreso: iniciar un diálogo con ETA una vez verificada su voluntad de dejar las armas. En los tres meses transcurridos desde la declaración de tregua, sólo algunas cartas de extorsión a empresarios -que podrían haber sido enviadas antes de esa fecha- y varios actos aislados de violencia callejera -que Interior atribuye a grupos descontrolados- han emborronado la sensación de cese efectivo de la violencia. Sin embargo, la desafiante actitud de varios etarras durante sus juicios (entre ellas, la de Txapote, presunto asesino del concejal popular Miguel Ángel Blanco) han puesto en la palestra las dificultades que habrá a la hora de afrontar el problema de los presos.
Ese será el tope negociador del Ejecutivo, toda vez que Zapatero reiteró ayer que no habrá contraprestaciones políticas. Lo que sí será necesario, según el presidente, es un gran acuerdo político de convivencia para Euskadi, con el máximo acuerdo posible. Zapatero explicó que el proceso es una tarea de todas las fuerzas políticas, una invitación implícita al Partido Popular para que se sume al mismo.
Reacciones: Rajoy reitera su rechazo al proceso si el PSE se reúne con Batasuna
La declaración de Zapatero no ha hecho cambiar de postura al primer partido de la oposición.Minutos después de la comparecencia del presidente, el líder del PP, Mariano Rajoy, afirmó que, su formación no puede apoyar la intención del gobierno de iniciar un proceso de dialogo con la organización terrorista ETA si no garantiza que en esos encuentros 'no va a negociar' cuestiones política y no va a legalizar a Batasuna.No obstante, el líder de los populares defendió que el Gobierno quiera hablar con ETA, pero aseveró que debería limitarse a una única reunión para comprobar si la tregua iniciada en el mes de marzo es 'irreversible' y por lo tanto si los terroristas están dispuestos a abandonar la violencia y entregar las armas. Rajoy insistió nuevamente en que el PP no puede dar el apoyo al Gobierno 'mientras las condiciones no cambien' y ETA renuncie total y definitivamente a la violencia'.La presidenta del PP vasco, María San Gil, fue bastante más lejos que Rajoy al asegurar que Zapatero, que habló de 'respeto a la palabra de los vascos dentro de la legalidad', dio ayer el visto bueno al derecho de autodeterminación.El resto de las fuerzas políticas parlamentarias sí apoyaron la iniciativa del Gobierno, y las disparidades de criterios apenas se ciñeron a las formas o al orden de los acontecimientos. Así, el líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, lamentó que el anuncio no se hubiera producido en el pleno del Congreso. Una opinión contraria a la del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, para quien, en estos procesos, 'un exceso de luz y taquígrafos es contraproducente'.También el Partido Nacionalista Vasco dio su apoyo al Gobierno. El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, pidió el apoyo del PP 'como hicieron los demás en 1998', en el diálogo que autorizó José María Aznar.El líder del Partido Socialista de Euskadi, Patxi López, aseguró que con el anuncio de ayer 'el camino de la paz empieza y avanza'. Los presidentes de CiU, Artur Mas, y de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, respaldaron la decisión y pidieron la legalización de Batasuna.Fuera del ámbito político, fueron muy críticas las asociaciones de víctimas: la mayoritaria, AVT, sostuvo que la de ayer fue 'una de las jornadas más tristes de la historia de la democracia'.
Respetar la decisión de los vascos
El presidente del Gobierno se dirigió directamente a los ciudadanos vascos. 'Tenemos la oportunidad de poner fin a esa situación la violencia, y desde los principios del pasado, desde los principios democráticos, les digo que el Gobierno respetará las decisiones de los ciudadanos vascos que adopten libremente, respetando las normas y procedimientos legales, los métodos democráticos, y los derechos y libertades de los ciudadanos, y en ausencia de todo tipo de violencia y coacción'.Para evitar suspicacias y que alguien pudiese decir (lo hizo ayer la presidenta del PP vasco María San Gil) que se estaba refiriendo al derecho de autodeterminación (como se solicitaba en el Plan Ibarretxe), Zapatero matizó: 'En más de una ocasión me han escuchado decir que el futuro de Euskadi exige un gran acuerdo de convivencia política. Concretamente, en el debate sobre el plan Ibarretxe, 'si vivimos juntos', afirmé en aquella ocasión, 'decidimos juntos'.Pero a continuación insistió en la necesidad de la participación de todos al hablar de 'un gran acuerdo político de convivencia, con el máximo consenso posible, respetando la pluralidad política de Euskadi y en igualdad de oportunidades para todas las formaciones'. En resumen, Zapatero dijo: 'La paz es tarea de todos'.
Cita en septiembre
Prudencia y discreción son los dos adjetivos que, según Zapatero, definirán su actitud respecto al proceso abierto ayer. El presidente pidió expresamente la colaboración de los medios de comunicación 'teniendo en cuenta el alcance del proceso que vamos a vivir'. Después de reiterar el 'compromiso absoluto del Gobierno', y el suyo personal, 'con los valores, principios y reglas de la Constitución de 1978', Zapatero fijó la próxima cita, a finales de septiembre. Entonces, el ministro del Interior realizará una nueva ronda de información a todos los grupos parlamentarios sobre el desarrollo del proceso.