Sueño nocturno, la fábrica de la productividad
Imaginemos que un día nos asalta un sueño cuando intentamos trabajar frente al ordenador. No una ilusión, no, ni un bostezo. Un sueño con ese punto de irrealidad que tienen las historias que suceden en medio de la noche. O que al reírnos con la confidencia de un compañero, perdemos el tono muscular y nos caemos. El susto puede ser mortal y llevarnos directamente a la consulta del neurólogo. Allí el especialista nos dirá que padecemos narcolepsia, un trastorno de regulación del sueño REM que no tiene curación pero cuyos síntomas pueden paliarse con fármacos específicos.
La narcolepsia no es una enfermedad rara. Ni mucho menos. Como tampoco lo es el síndrome de las piernas inquietas, la apnea del sueño o el insomnio. Entre el 10% y el 20% de la población padece alguno de estos trastornos y las consultas están llenas de pacientes, según explica el doctor âscar Larrosa, neurofisiólogo clínico del Instituto madrileño de Investigaciones del Sueño.
Dormir es una cuestión de vida o muerte, y sin embargo, apenas se repara en su importancia. 'Dormimos cuarenta minutos menos que los europeos, nos levantamos más temprano y trabajamos hasta más tarde. Las cenas se confunden con la medianoche y raro es el día que no trasnochamos. Nos estamos cargando la fábrica de la productividad', recrimina el doctor Eduard Estevill, responsable de la Unidad del Sueño del Instituto Dexeus.
Dormimos porque vivimos, y si no durmiéramos no podríamos vivir. 'La fábrica se pone en funcionamiento al llegar la noche y para cuando despunta el día. Los operarios del sueño necesitan entre siete y ocho horas para poner la máquina otra vez a punto', continúa Estevill.
Su trabajo está íntimamente ligado al ciclo circadiano -nuestro reloj biológico-, que dura alrededor de 24 horas y regula el sueño y la vigilia. Sólo un 5% de la población necesita entre cinco y seis horas para estar fresco al día siguiente y sólo otro 5% necesita más de nueve horas para estar activo.
'Cualquier profesional que realice un trabajo intelectual ó una actividad que requiera máxima alerta -pilotar un avión, conducir un camión o intervenir a un enfermo- está obligada a dormir entre siete y ocho horas diarias', advierte el doctor Estevill. La falta de descanso hace mella en el cerebro: episodios de sueño incontrolado durante la jornada laboral, pérdida de memoria, irritabilidad, ansiedad e incluso depresión. 'Con todo, el final no siempre es el insomnio', reconoce Eduard Estevill. 'Cuando se duerme menos de seis horas o se trabaja más de siete, los sistemas de atención y alerta se trastocan. No hay ningún trabajo para el que sea bueno la noche. Si se pudiera, deberían eliminarse los turnos', asegura la doctora Neus Fernández, responsable del departamento de Prevención Laboral del hospital Fundación Jove de Gijón.
Está comprobado que los picos de máxima alerta durante las horas de vigilia se producen a la 11 de la mañana y a las 7 de la tarde. ' Son dos buenos momentos para tomar decisiones', dicen los expertos. El resto del día conviene dedicarlo a organizar el trabajo, y las últimas horas de la tarde a preparar la jornada siguiente.
A partir de ocho horas de actividad el rendimiento baja y aparece la fatiga. Tras seis horas es imprescindible hacer una pausa. 'Para evitar errores. Uno de los factores desencadenantes del accidente de Chernobil fue la fatiga de un operario', recuerda la doctora Fernández.
Recomendaciones. Hábitos saludables para descansar
¦bull; Preparar el sueño. El sueño no viene solo, hay que prepararlo. Relajarse antes de dormir y comer alimentos que inviten al descanso: pasta, hortalizas y lácteos.¦bull; Ejercicio antes de las seis. Es conveniente evitar el ejercicio a última hora de la tarde -resulta demasiado estimulante-, así como el alcohol y el café.¦bull; Ocio contra el insomnio.Al caer la tarde es conveniente olvidarse de las tareas intelectuales y dedicarse al bricolaje. Aparcar las preocupaciones al menos cuatro horas antes de ir a la cama y no cambiar nunca las horas de sueño nocturno por un ratito de siesta.¦bull; Evitar los turnos de trabajo.Es fundamental tener horarios regulares de descanso. La gente que trabaja a turnos o por la noche tiene trastocado el ritmo circadiano y el sueño. Como síntomas, fatiga, trastornos cardiovasculares, problemas gastrointestinales y por supuesto problemas para conciliar la vida personal y laboral.¦bull; Síntomas enfermizos. Tardar más de 20 minutos en dormir, despertarse reiteradamente durante la noche, despertarse precozmente y no ser capaz de conciliar el sueño después. No lograr que éste sea reparador.¦bull; Fármacos para no dormir. Algunos antidepresivos y medicamentos para mejorar los problemas respiratorios producen insomnio. Evitarlos en lo posible.