El éxito no depende del tamaño
Los bancos españoles han emprendido una carrera contrarreloj por alcanzar la dimensión óptima para asegurar su futuro. Aunque las estrategias de cada entidad son diferentes, todas son conscientes de que, más que el tamaño, para estar en cabeza deben primar la rentabilidad y la eficiencia
Hace 20 años, cuando empecé mi carrera profesional en Banco Sabadell, tuve que hacer frente a un reto psicológico frente a mis propios amigos: dejaba una carrera prometedora dentro del mundo de la gran empresa y aceptaba una posición visualmente mucho menor. Me disponía a dirigir un banco mediano, objeto entonces de todo tipo de malos augurios.
El Banco Sabadell que hoy presido es 10 veces mayor que aquel banco mediano, pero curiosamente hoy seguimos siendo medianos en el contexto nacional y pequeños en el contexto europeo. Además, de vez en cuando, debemos hacer frente a las famosas opiniones negativas asociadas a la medianez como concepto categórico.
El concepto de medianez en banca, como en cualquier negocio, es relativo y, por lo tanto, variable a lo largo del tiempo. Varía, pues, en función del fin que se persigue en la empresa y debe relacionarse con el mercado al que se sirve o que se busca. Deberíamos, así, olvidar el concepto estático o categórico con el que demasiado fácilmente se identifica y situarlo en el contexto dinámico del mercado objetivo que se pretende.
Hasta el momento, desconozco si tiene o ha tenido alguna consecuencia adicional de tipo económico sobre la eficiencia (ratio de coste-ingresos) o sobre la rentabilidad (resultados sobre fondos propios).
A lo largo de los últimos años, en España ha cambiado tanto el concepto de lo que son grandes bancos como el de aquéllos que podríamos hoy calificar como medianos en relación con los grandes.
Sin duda, hoy, en España hay dos bancos grandes -cajas de ahorro aparte-, con unas características de internacionalización comunes y una capitalización bursátil por encima de los 50.000 millones de euros. Posiblemente alguno de ellos se considere a sí mismo mediano en relación con el objetivo de globalización que persigue y, así, tiene fuerza para crecer a pesar de su tamaño.
Los que antaño fueron los siete grandes desaparecieron por fusión o pasaron a formar un grupo que hoy podríamos llamar de los siete u ocho medianos, que son bancos con un desarrollo centrado básicamente en la clientela doméstica española. Todos ellos tienen unas excelentes ratios de rentabilidad y solvencia y una progresión notable en sus cuentas de resultados.
A lo largo de la historia bancaria ha habido bancos grandes, bancos medianos y bancos pequeños que han ido bien o muy bien y otros que han ido mal o muy mal. No existe una receta magistral que asegure el éxito por el mero hecho de contar con una determinada dimensión.
La clave radica en la determinación estratégica y en la ejecución año tras año de los planes. La combinación de un buen proyecto enfocado al crecimiento y la creación de valor más un buen equipo que lo ponga en práctica y lo gestione adecuadamente producen un excelente resultado: ésta es la receta de Banco Sabadell.
Banco Sabadell, que este año cumplirá 125 años de historia, es un caso de éxito entre los bancos de la llamada banca mediana de este país. Es la experiencia satisfactoria de un banco regional protegido que se transforma en un grupo bancario nacional cotizado, con un modelo comercial capaz de sostener una etapa de crecimiento importante.
En los últimos 10 años, Banco Sabadell ha crecido a un ritmo del 25% anualizado, gracias a la combinación del crecimiento orgánico con el inorgánico, mediante adquisiciones selectivas. En este periodo de tiempo, hemos liderado un proceso de integración de otras seis entidades y hemos protagonizado al mismo tiempo una profunda transformación que ha modificado sustancialmente el perfil del banco.
Banco Sabadell es hoy un banco comercial moderno focalizado en el negocio y líder en calidad de servicio en España; una entidad bien implantada en todo el territorio nacional y con una presencia internacional muy reforzada; un banco abierto, que cotiza en el Ibex 35 y que cuenta con un sistema de gobierno corporativo transparente y profesionalizado, y una estructura fuerte y competitiva, con un equipo humano multicultural formado y experimentado.
Continuamos siendo un banco mediano aunque ello no importe mucho, pero la proyección de futuro de Banco Sabadell y su problemática actual han dejado de ser las de un banco regional doméstico para ser las de un banco nacional en el contexto europeo e internacional y, por tanto, con nuevos retos y oportunidades.
La trayectoria de Banco Sabadell sigue siendo la de una empresa que ha actuado fijándose metas de crecimiento y de valor que ha ido cumpliendo; una empresa grande, mediana o pequeña según se mire, pero que sobre todo, y esto es lo que cuenta, dispone de un proyecto bien definido, claro y ambicioso en sus objetivos, sostenible en el tiempo y que demuestra ser rentable para sus accionistas.