Bill Clinton gana en un año diez veces más que como presidente
El político ha entrado en el lucrativo negocio de las conferencias, con las que obtuvo seis millones de euros.
Ser ex presidente de EE UU es rentable. El trampolín de la Casa Blanca lanzó al lucrativo circuito de los discursos a Ronald Reagan, a George Bush (padre) y ahora a Bill Clinton. Este último está dando una idea de hasta qué punto se cotizan las palabras de un ex presidente. Su esposa Hillary Clinton, senadora del Estado de Nueva York, tiene que presentar anualmente ante el Congreso una estimación de ingresos personales y matrimoniales. De la recientemente hecha pública se deduce que el año pasado el ex presidente ganó 7,5 millones de dólares (seis millones de euros) por sus discursos.
Con 43 discursos en 14 países, en un año Clinton ha multiplicado casi por 10 su cifra de ingresos por legislatura ya que cuatro años en la Casa Blanca le hacen al presidente acreedor de un salario que ronda los 800.000 dólares. Clinton cobra una media de 150.000 dólares por evento pero hay veces que sube la tarifa hasta los 350.000. No obstante, hay veces que, emulando a Al Gore, quien fuera su vicepresidente, Clinton no cobra por sus palabras, según la declaración de su esposa.
Gore, que lleva años en una dedicada campaña para concienciar a los ciudadanos de los peligros del calentamiento global, no cobra por sus intervenciones. A cambio, ha impresionado a Hollywood, que le ha convertido en la estrella de un documental.
Muchos políticos de EE UU, según sus declaraciones al Congreso, son millonarios; otros, por lo que ganan con sus libros, podrían dedicarse sólo a la literatura, y algunos, simplemente, tienen suerte en la lotería
Las cuentas anuales de los Clinton recibieron un fuerte impulso en 2005 gracias a estas charlas ya que el año anterior y debido a una intervención coronaria el ex presidente apenas ganó un millón de dólares con esta tarea. En 2003 sólo ingresó 4,4 millones ya que la mayor parte de su tiempo lo dedicó a terminar sus memorias.
La senadora no ha tenido que dar muchos detalles de los derechos de autor de esta autobiografía de su marido, My Life, y ha afirmado que al menos ha recibido por encima del rango de 1.000 dólares por ella. En 2004, cuando se publicó, generó unos ingresos que se estiman entre 10 y 12 millones de dólares. Ella ganó 872.891 dólares por sus memorias Living History, que fueron publicadas en 2003 y el año pasado salieron en edición de bolsillo. En 2004 ganó 2,3 millones con este libro por el que la editorial Simon & Schuster le pagó ocho millones en 2001. Sin estar obligados a detallar, los Clinton dicen tener activos valorados entre 10 y 50 millones.
Pero no son los únicos millonarios de la política de EE UU. Las declaraciones de otros legisladores dan cuenta de grandes fortunas en un país en el que los ingresos medios de los ciudadanos rondan los 44.500 dólares anuales. Los activos de Bill Frist, líder en el Senado de la mayoría republicana, la portavoz demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, o su homólogo republicano, Dennis Hastert, se valoran por encima de los cinco millones de dólares.
Otra de las revelaciones de estas declaraciones es que en el Congreso hay mucho literato. Y también gente con suerte. Los senadores Barack Obama, Ted Kennedy, John McCain y Barbara Boxer reciben importantes sumas por derechos de autor por libros. Por otro lado, los hados fueron favorables al republicano John Boehner quien echó 'un par de dólares' en una maquinita de una gasolinera y ganó 2.700 dólares. Paul Kanjorski, demócrata, ganó unos 20.000 dólares en un casino y el senador Judd Gregg compró un billete de lotería y se llevó 853.500 dólares.