Rusia, hoy
Hoy concluye en Moscú la doble reunión de cuatro días que agrupa a 1.500 editores y directivos del mundo editorial de 111 países en el 59 Congreso de la World Newspaper Congress y el 13 World Editors Forum. La elección de Moscú dejó de lado a Goteborg y Barcelona. Desde el 19 de mayo, en que el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, la inauguró bajo el lema Une Europe unie sans clivages (Una Europa unida sin divergencias), la Federación de Rusia ostenta, durante un semestre, la presidencia del Consejo de Europa (la Europa de 46). Estos acontecimientos se superponen a los últimos avatares de la integración entre Severstal y Arcelor que han lanzado al mundo la imagen empresarial de Alexei Mordashov, como primer accionista de una empresa capaz de producir 70 millones de toneladas de acero.
En lo que va de siglo el crecimiento anual acumulativo medio en Rusia está cercano al 6%. En un entorno de crecimiento de la demanda de materias primas, especialmente energéticas, su capacidad extractiva y exportadora de petróleo y gas permiten un saldo positivo de la balanza por cuenta corriente y una reducción de la deuda externa. El crecimiento real, y el potencial que se espera, hacen que la inversión extranjera directa con destino a Rusia haya pasado de 12.000 millones de dólares en 2004 a 26.000 millones en 2005. Los inversores norteamericanos, como Alcoa y Coca-Cola, consideran que es el país que cuenta con mayor potencial de crecimiento de la demanda interna y que, por tanto, ofrece más posibilidades de crecimiento rápido.
En las ciudades principales la antigüedad de los coches en circulación se reduce y, entre los modelos ostentosos y vehículos nacionales envejecidos, el núcleo más amplio es el de coches medios de importación, lo que evidencia la pujanza de una nueva clase media que trabaja en el sector privado. La construcción crece y mejora su calidad y los precios suben con rapidez evidenciando capacidad de pago.
La fortaleza del país está en sus recursos naturales, una pujante clase media y una sólida posición internacional
Las autoridades rusas están eufóricas por su trayectoria económica y política. El terrorismo interno es noticia pequeña frente a atentados en Nueva York, Londres o Madrid. Sus conflictos son poca cosa frente a Irak y Afganistán. Su imagen mejora y para reforzarla, de cara a la reunión del G-8 en San Petersburgo el próximo mes de julio, han contratado a una agencia de imagen extranjera.
A pesar de los éxitos en otros ámbitos puede haber trabajo para esa agencia. El sábado 3 de junio, una manifestación gay fue atacada por nacionalistas y militantes de un grupo cristiano ortodoxo con el resultado de 100 detenidos y varios heridos, entre ellos el miembro del Parlamento alemán Volver Beck, que resultó herido y se lamentó de que la policía no les protegiera. La policía de San Petersburgo detuvo a militantes de grupos ultraderechistas responsables de ataques a extranjeros y que no descartaban actuar con explosivos con ocasión de la cumbre del G-8. Eso también ocurre en otros países, pero el trasfondo de la transición rusa y su poca transparencia le da una dimensión propia.
Los resultados económicos parecen dar confianza a las autoridades para intervenir más en la actividad económica. La protección a la producción local de automóviles se jalona de cambios continuos en la normativa. La protección a la producción de vino se apoya en una norma que prohíbe la importación de vinos de baja calidad procedentes de Georgia y Moldavia, pero que, según declaraciones de Gennady Onishchenko, epidemiólogo jefe, recogidas en la prensa moscovita, se podría aplicar a los vinos de baja calidad procedentes de Alemania, España, Portugal y Francia. Esas acciones contra la competencia y el crecimiento, mientras el precio de los productos energéticos siga siendo elevado, parecen un riesgo asumible.
Otra ventaja de Rusia es su relación con China (que necesita la energía rusa). En la reunión del Foro de Cooperación de Shanghai de mayo 2006 (que los incluye con Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán), el presidente Hu Jintao mencionó a Rusia como el socio más importante en su cooperación estratégica y se felicitó de que el volumen de comercio bilateral hubiera tenido siete años de gran crecimiento y de que la cooperación en temas de energía y de inversión haya hecho grandes progresos.
El progreso de Rusia es claro. Su fortaleza está en sus recursos naturales, una nueva y pujante clase media y una posición internacional tejida -con fallos ocasionales- consistentemente a lo largo de décadas. Su debilidad económica está en la falta de calidad, poca diversificación y aumento de precios. Institucionalmente, su punto débil es la falta de confianza del Estado en la sociedad civil y viceversa, la lentitud administrativa y que la orientación de los asuntos públicos no es predecible.