Las pensiones, un problema difícil de resolver
El origen de la crisis de las pensiones en el Reino Unido es que tanto el Estado como el sector privado han fracasado estrepitosamente a la hora de tener en cuenta el crecimiento de la longevidad. Así los funcionarios pueden en muchos casos esperar retirarse a los 50 años con unas expectativas razonables de vivir a costa del contribuyente durante unos 30 o quizás 40 años. Tanta generosidad es claramente insostenible (...). El Libro Blanco sobre pensiones empieza a reconocerlo en cuanto a pensiones se trata. El Gobierno británico propone financiar unas pensiones estatales más generosas elevando la edad de la jubilación.
Pero le queda por conseguir un consenso en lo que se refiere a los trabajadores del sector público. A medida que pasan los años, esta desigualdad en las condiciones de la pensiones promete convertirse en motivo de división social. La solución es establecer un periodo finito de derecho para todas pensiones financiadas por los impuestos, así la edad de jubilación aumentaría a medida que se alarga la esperanza de vida (...).
El Libro Blanco (...) es un raro ejemplo de pensamiento lúcido en este tema, pero no es más que una declaración de intenciones. Creer que traerá algo bueno es un triunfo de la esperanza sobre la experiencia.