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Tribuna
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¿Vuelve la inflación?

La revisión al alza en las previsiones de crecimiento mundial viene acompañada de mayores tensiones inflacionistas. La consecuencia, según afirma el autor, será un repunte generalizado de los tipos de interés, que puede derivar en una ralentización económica en 2007

A pesar de los renovados máximos en los precios de las materias primas que se alcanzaron de nuevo a principios de mayo y de las paulatinas subidas de tipos de interés (el BCE volverá a hacerlo el 1 de junio), persiste la revisión al alza en las tasas de crecimiento del PIB mundial. Este entorno positivo está vigente desde el pasado mes de septiembre, cuando a las señales de muy tímida desaceleración en EE UU (crece al 3,5%), China (lo hace al 9,5%-10%) y la India (7,5%) se le suman los síntomas de reactivación tanto en Japón (que este año crecerá al 3%) como en el área euro (lo hará a un más modesto 2%).

Mayo no se escapa de esta tendencia positiva y sirve para que se mejoren las previsiones de avance del PIB en la práctica totalidad de los países, salvo Italia, que permanece al margen con un escaso 1,2%, lastrado por un modelo de crecimiento agotado y una clara ausencia de reformas estructurales que, por ejemplo, sí desarrolla Alemania.

Además, esta visión positiva del ciclo económico ha encontrado aval en el último informe de perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde se reconoce que se espera que el PIB mundial sea, a final de año, un 4,9% más alto que en 2005. Pero esta expansión podría continuar incluso en 2007, ejercicio para el que anticipa un 4,7%. En consecuencia, se estaría encadenando un periodo de crecimiento económico muy duradero e intenso, gracias a que la desaceleración vigente desde 2004 (cuando se creció al 5,3%) estaría siendo muy débil.

Las Bolsas pueden necesitar algún tiempo para asimilar un nuevo escenario de tipos de interés, más elevados por la prima de inflación

Es precisamente este último aspecto, la acumulación de varios ejercicios consecutivos con una destacada expansión del PIB mundial, lo que parece haber reabierto el debate sobre la potencial aparición de presiones inflacionistas, al hilo de la cada vez mayor utilización de los recursos disponibles tanto técnicos como humanos, al menos esto último en EE UU.

A este renovado temor al crecimiento de los precios han ayudado también las últimas declaraciones de diversas autoridades monetarias (que parecen mostrarse preocupadas por efectos de segunda ronda de anteriores encarecimientos de las materias primas), así como el repunte observado recientemente en algunos índices de precios, sobre todo en sus componentes subyacentes.

De esta forma, la novedad que encontramos en la revisión al alza en las previsiones de crecimiento es que viene acompañada de elevaciones también en las revisiones relativas a la inflación, hasta situarse en máximos de los últimos meses. æpermil;ste es el caso no sólo de EE UU, donde la inflación podría ser en 2006 del 3,2%, tras el 3,4% del pasado año, sino también el de otros países muy significativos como Japón, economía para la que se anticipa un crecimiento de los precios de entre el 0,5% y el 0,7% tras varios años de persistente deflación.

La consecuencia de un escenario con una mayor tasa de crecimiento del PIB, pero también con más inflación, es clara para el mercado de los tipos de interés: repunte generalizado (con elevación de pendiente de las curvas), hasta situar los niveles de rentabilidad en máximos de los últimos años (4,10% para el bono a 10 años en euros y 5,20% para su equivalente en dólares).

Mientras que el repunte de las curvas desde septiembre se estaba produciendo en mayor medida por su 'componente de crecimiento del PIB', en las últimas sesiones está siendo el 'componente de inflación' el responsable. En este punto, conviene señalar que cuando la curva repunta por expectativas de crecimiento no tiene por qué ser necesariamente negativo para las Bolsas (se compensa por una mayor tasa de crecimiento esperado del beneficio empresarial), pero sí lo es cuando los tipos de interés se elevan por un mayor temor inflacionista. Esto es así, sobre todo si, como ahora, se acumulan revalorizaciones en el año del 10%, se ha terminado la campaña de publicación de resultados y los PER habían comenzado a elevarse.

Por lo tanto, las cotizaciones bursátiles podrían necesitar algún tiempo para asimilar un nuevo escenario de tipos de interés, más elevados por la prima de inflación, así como las persistentes dudas sobre un posible exceso de beligerancia por parte de los bancos centrales, que podría derivar en una ralentización económica en 2007 en caso de que éstos eleven en exceso sus tipos de interés de referencia.

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